El Colegio de América Sede Latinoamericana, la Universidad Andina Simón Bolívar, junto con varias universidades del país rindieron un Homenaje Nacional a Elsie Monge, defensora de los Derechos Humanos y vicepresidenta de la Federación Internacional de Derechos Humanos.

El acto se desarrolló en el contexto del Tercer Encuentro de Educación Superior en Derechos Humanos y de la Naturaleza, organizado por el Programa Andino de Derechos Humanos, junto con la Universidad Central del Ecuador y la Universidad Internacional.

Estudiantes, organizaciones sociales, investigadores y activistas se reunieron para rendir este homenaje a Elsie Monge, y expresar su gratitud y admiración por su trabajo a lo largo de tus casi 90 años de vida.

Nacida en Quito y criada en Guayaquil, Elsie Monge estudió en Estados Unidos, para posteriormente ingresar en la congregación misionera de Maryknoll. Estudió Educación y Sociología. Posteriormente, Antropología social en Fordham University. También hizo estudios de Filosofía de la Historia y Ciencia Política (Hartford-Connecticut), Economía de la dependencia, Estudios pastorales y Economía campesina.

Ha dedicado su vida a la defensa de derechos de comunidades indígenas, trabajadores, campesinos y organizaciones de mujeres. Asimismo, ha sido activista contra la minería y contra violaciones a los derechos desde el Estado.

Esta trayectoria fue reconocida por quienes intervinieron durante el homenaje. Entre las expresiones manifestadas, se recogen la de Patricia Carrera, vicerrectora de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, quien señaló que “el ejemplo de Elsie Monge nos alienta a seguir adelante”, refiriéndose al trabajo emprendido por las universidades que se adhieren al Acuerdo por la educación superior en y para los Derechos Humanos y de la Naturaleza en el Ecuador.

Sandra Peñaherrera, en representación de los docentes y funcionarios de la Universidad Técnica de Cotopaxi y de los delegados de las universidades que hacen parte del Acuerdo, expresó que “el reconocimiento a Elsie Monge significa para la educación superior, y para quienes ejercemos la docencia, la investigación y la vinculación, el compromiso ineludible de repensar el papel de las universidades como ente de transformación social”.

Durante el acto, se le entregó públicamente dos placas. Una, del Colegio de América, y otra, por parte de varias instituciones de educación superior: la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, la Universidad Andina Simón Bolívar; la Universidad Católica de Cuenca; la Universidad Central del Ecuador; la Universidad de Investigación de Tecnología Experimental Yachay; la Universidad Internacional del Ecuador; la Universidad Nacional de Educación; la Universidad Nacional de Loja; la Universidad Politécnica Salesiana; la Universidad Técnica de Ambato; la Universidad Técnica de Cotopaxi; y la Universidad Técnica Particular de Loja.

En su intervención, el rector César Montaño Galarza, hizo un breve recorrido a la evolución del Derecho internacional, desde sus orígenes, cuya inicial finalidad era la de regular la guerra. Posteriormente, para la paz. Otro salto histórico fue el Derecho internacional para la cooperación, y luego para la integración entre naciones. Montaño resaltó entonces, el papel de “una conciencia cada vez más importante en los países en el reconocimiento de los derechos”.

Surgieron entonces los instrumentos internacionales, para también regular el accionar de los Estados y sus gobiernos. “Todo aquello –señaló- no se hubiese dado si no hubiese habido gente interesada y luchadora por esos derechos”. Explicó que es el resultado de “la presión social, es la academia, es la movilización. Son las voces diferentes, las voces que iluminan al resto de gente que le hacen ver que tiene derechos más allá de los que piensa que tiene inicialmente”.

Entonces, se dirigió a Elsie Monge y dijo: “y todo aquello se va concretando por gente tan valerosa, como son las personas activistas de derechos humanos. Yo creo que ella ha hecho una gran contribución en este sentido, un enorme aporte”.

La noche finalizó con las palabras de la homenajeada, quien resaltó “el sentido simbólico de este apoyo, que más que destacar a una persona, demuestra el valor que la academia otorga a los Derechos Humanos, como pilar importante en que se construye una sociedad democrática e inclusiva. Y a la vez, honra a todos los defensores de derechos humanos y de la naturaleza”.

Recalcó que “el reconocimiento de la dignidad y valor de todas las personas por igual es la base de un proceso de transformación. Y lo que concede a los derechos humanos su universalidad. Por lo que la defensa de los derechos humanos y de la naturaleza es una necesidad urgente para las personas y para los pueblos”.

STR