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REFLEXIONES ACADÉMICAS: 10 causas que afectan el debilitamiento del Movimiento Indígena del Ecuador

14 de junio, 2017

Por Ariruma Kowii
Poeta Kichwa Otavaleño

Para recuperar la fortaleza del Movimiento Indígena del Ecuador, es importante reconocer los errores que hemos cometido. El no reconocerlos o el eslogan de que casa adentro se deben arreglar las cosas, no contribuye a superar las debilidades internas. Más bien, fortalece a quienes han incurrido en irregularidades, convirtiéndose al mismo tiempo en el principal instrumento de intereses individuales y de grupo, que tienen secuestrada la membresía y la conducción de las organizaciones de nuestros pueblos.

Al respecto recordemos que antes del levantamiento de 1990, por lo general, nadie deseaba ser dirigente, salvo pocas excepciones que asumían dichos cargos con convicción, compromiso y responsabilidad. Esta situación cambia con el éxito y la contundencia del levantamiento de 1990. Su riqueza simbólica, su trascendencia histórica, el reconocimiento político que recibió, motivó a que el movimiento sea reconocido como el principal referente nacional e internacional que reivindicaba los derechos de las nacionalidades y pueblos, y del país en general. Su contundencia permitió las conquistas logradas en la década de 1990, como la Constitución de 1998; la dirigencia nacional ignorada hasta ese entonces se vuelve pública, y es vista como vocera oficial del movimiento indígena. Algunos medios de comunicación o intelectuales del país reconocieron el rol de los dirigentes indígenas, dándoles la denominación de “líderes históricos, legendarios y emblemáticos”.

Luego del levantamiento nacional de 1990, el deseo de ser designado dirigente en los distintos niveles de la organización se convirtieron en una de las principales metas de quienes aspiraban a escalar políticamente y, por lo tanto, el movimiento queda atrapado en una carrera electoral que en la mayoría de casos, en lugar de consolidar la unidad del movimiento indígena, lo ha dispersado y debilitado. Esta situación pone en riesgo y sacrifica el Proyecto Político de las Nacionalidades y Pueblos del país.

En mi opinión, considero que algunas de las principales causas que afectan la fortaleza de la organización de las nacionalidades y Pueblos, son las siguientes:

  1. Las políticas de división fomentadas por el Estado: el levantamiento de 1990 genera preocupación en las transnacionales y las oligarquías nacionales; es visto como un mal ejemplo para los demás pueblos indios y los movimientos sociales de América, razón por la cual, el Estado y los organismos multilaterales se plantean como meta dividir y debilitar a los Pueblos Indígenas. Algunas acciones que impulsaron para lograr dicho objetivo fueron las siguientes: el gobierno nacional y los gobiernos locales promovieron programas de inclusión social; las Fuerzas Armadas implementaron programas de carácter social en beneficio de las comunidades de base; las ONG nacionales y extranjeras concentraron su apoyo en programas ecológicos, de género, desarrollo, entre otros; organismos internacionales como las Naciones Unidas, el BID, el Banco Mundial impulsaron programas de apoyo para pueblos indígenas y afros.
  2. Abandono del Proyecto Político de las nacionalidades y pueblos: el proyecto original reivindica los derechos culturales, económicos, políticos de las nacionalidades y pueblos; el derecho de que la estructura pública se fragüe y responda a la diversidad cultural del país; que las nacionalidades y pueblos tengan representación directa en el Parlamento. Este proyecto fue suplantado por el proyecto electoral, para lo cual se creó el Movimiento Pachakutik, definiéndolo como el brazo político del movimiento y como una estrategia de llegar a espacios de poder local y nacional; una propuesta que es alimentada por algunos dirigentes de los movimientos sociales bajo el eslogan de que es momento de “Tomarse el poder”, lo cual considero legítimo, siempre y cuando se trabaje en la formación de cuadros y no se ponga en riego el proyecto político de las nacionalidades y pueblos.
  3. Debilidad y falta de liderazgo de la dirigencia: salvo pocas excepciones, en la mayoría de los casos, la contundencia de los levantamientos ha rebasado a la dirigencia. Éstas no han logrado responder a las demandas de sus pueblos y han quedado atrapados en la burocracia, en las redes y beneficios del poder, en suma, en la propuesta electoral.
  4. Devaluación de los símbolos y dignificación del concepto de levantamiento: hasta antes de 1996, en las escuelas del sistema intercultural bilingüe se izaba, en el minuto cívico, la bandera nacional y la wipala. Luego, al crearse el movimiento de unidad plurinacional Pachakutik, la wipala dejó de usarse, generando con ello un vacío significativo, por lo que es necesario recuperar la wipala, como símbolo de las nacionalidades y pueblos. En 1990 en una asamblea nacional de las nacionalidades y pueblos, se define el concepto de levantamiento, como “un conjunto de acciones comunitarias para reivindicar derechos” que implica, trabajo de base y la definición de objetivos concretos. Lamentablemente, algunos dirigentes, al entrar en conflicto con las autoridades gubernamentales, lo primero que plantean es la realización de un levantamiento, como si esto fuera algo que se lo puede realizar de la noche a la mañana. Dicha actitud ha contribuido en la devaluación del mismo, por lo que es necesaria su dignificación.
  5. Manipulación y utilización de las reivindicaciones de las Nacionalidades y Pueblos: la utilización del discurso en pro de la causa indígena es otra de las herramientas que algunos dirigentes, profesionales, lo utilizan con mucha habilidad. Un discurso doliente, de lástima, que permite ganar la simpatía del pueblo ecuatoriano y, fundamentalmente, de los organismos de apoyo de carácter internacional. Un discurso que fomenta el paternalismo que dicho sea de paso, es otra forma de colonización y de mantener latente la baja autoestima de las comunidades. Hace falta, es necesario, fortalecer el discurso que libere los miedos, los temores, los resentimientos; un discurso re reivindique el valor, el coraje, la resistencia de nuestros pueblos y de hecho, el aporte histórico de nuestros líderes y lideresas.
  6. Algunos dirigentes y profesionales pertenecientes a las nacionalidades y pueblos, crearon ONGS particulares, mismas que lograron captar financiamiento de ONGS nacionales e internacionales que originalmente apoyaban financieramente a la organización local, provincial o nacional, situación que genera fricción con las organizaciones de base, sean estas locales, provinciales o nacionales.
  7. Abandono de las bases: en algunos casos, el hecho de haber llegado a espacios de poder les ha alejado de las bases y, por lo general, se encuentran fuera del país. Por esa razón, los dirigentes de base en la década de 1990 solían decir: “sí se quiere una reunión con la dirigencia hay que ir al aeropuerto para encontrarles”.
  8. La politización de instituciones gubernamentales indígenas: gracias a la vitalidad organizativa de las comunidades, de los levantamientos, se han creado organismos gubernamentales como el Codenpe, Dirección de Salud, Fondo Indígena, Dineib, etc. Lamentablemente, la nominación de algunos de sus directivos y funcionarios ha obedecido a arreglos políticos y, en algunos casos, sin experiencia, visión política. Tampoco ha existido preocupación por realizar evaluaciones serias que ayuden a corregir las irregularidades que se presentan en su interior; se las ha dejado casi en el abandono.
  9. Manipulación y monopolización del liderazgo: el proyecto electoral se cristaliza desde la misma creación del Movimiento Pachakutik. La fortaleza de los levantamientos, el reconocimiento nacional e internacional, los premios internacionales que ha recibido el movimiento, han despertado en algunos “líderes”, “profesionales indígenas y mestizos” un afán por llegar al poder, a la Presidencia de la República, al parlamento, a los Gobiernos locales, etc. Todo esto a costa de sacrificar el Proyecto Político de los Pueblos y nacionalidades. La alianza Pachakutik-Sociedad Patriótica; la vanidad, el deseo de quedar registrados en la historia, entre otros casos, son ejemplos concretos de cómo el interés individual y de grupo ha prevalecido sobre los intereses de las comunidades.
  10. Liderazgo sin base social: ¿existe una base social real tras de la dirigencia? En algunos casos, sí; en otros, no. Sin embargo, los espacios que han brindado los medios de comunicación han contribuido a convertir a algunos dirigentes, en una especie de dirigentes betseller del movimiento indígena, lo cual ha influido el momento de las elecciones.
  11. Corrupción y manipulación interna: valores ancestrales como la honradez, el cumplimiento de la palabra, la solidaridad, la reciprocidad, el respeto al otro, se van debilitando, y en lugar de identificar, enfrentar sus causas, se intenta vender la imagen de pulcritud del movimiento indígena. Esta situación no ayuda a su fortalecimiento. Lo que deberíamos hacer de la rendición de cuentas que practican las comunidades de base, es una práctica común de nuestras organizaciones y autoridades, sobretodo, hacerlo de manera pública y transparente. Este afán de ocultar, tapar, proteger, perdonar, a quienes han atentado en contra de la honestidad, la unidad, los recursos del movimiento, es otra de las causas que han apolillado la unidad de las comunidades de base.

En las actuales circunstancias, requerimos de una fuerte dosis de comunalización del liderazgo al interior de las organizaciones de las nacionalidades y pueblos. Necesitamos una reflexión seria sobre el proceso que hemos experimentado durante estos años, como un movimiento que reivindica la autodeterminación de las nacionalidades y pueblos. Necesitamos planificar y formar cuadros con una visión intercultural. Profesionales, que más allá de involucrarse en el sistema, se comprometan y retribuyan con su profesionalismo, en el fortalecimiento de una visión económica, organizativa y de desarrollo, que no pierda el sentido de comunalización y competitividad con el mercado interno, nacional e internacional. Necesitamos fortalecer una práctica política clara, que garantice la representación de las nacionalidades y pueblos de manera estructural en las diferentes instancias del Estado, que garanticen los derechos colectivos de las nacionalidades y pueblos. Necesitamos recuperar y fortalecer la sencillez, la dignidad y el compromiso colectivo y solidario que fue la base que permitió el surgimiento de la CONAIE y, por ende, el proyecto político de las nacionalidades y pueblos.


Una versión corta fue publicada en Diario La verdad, de la ciudad de Ibarra. Imbabura. Página 7. Diciembre 23-2004.