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Programa de Escuelas Lectoras recibe reconocimiento del Ministerio de Educación, y despierta interés internacional

17 de enero, 2019

“Al incidir en la educación básica, en los primeros años, el impacto es mucho más grande que cuando uno lo hace años más tarde”, asegura Soledad Mena, profesora del Área de Educación y coordinadora del programa Escuelas Lectoras de la Universidad Andina Simón Bolívar. Este pensamiento, además de la permanente búsqueda de la funcionalidad en la enseñanza de la lectura y la escritura, han llevado a Soledad Mena y a Ana Alvarado en este proyecto desde el 2002.

A fines del año pasado, el Área de Educación de la Universidad Andina recibió un reconocimiento del Ministerio de Educación. En el oficio enviado por esta cartera de Estado, entre otros aspectos reconoce: “el aporte de la UASB al fortalecimiento del Programa de Acompañamiento Pedagógico en Territorio ha permitido estimular los procesos educativos, así como también garantizar el derecho a la educación como bien público y derecho fundamental”.

Soledad Mena cuenta el proceso que se ha dado en estos 17 años de permanente trabajo. Uno de los ejes en que se enmarca el proyecto es la búsqueda de la democratización de la lectura y la escritura, como bien simbólico, hegemónico, dominante, que puede socializarse y democratizarse. Eso implica –señala Mena- crear la conciencia de que “no es una cuestión de capacidad, sino de  prácticas sociales donde se usa la lectura y la escritura; de registros del lenguaje y acercamiento”.

Para conseguir este acercamiento era preciso dar un giro a la forma de enseñanza. Desde la investigación en educación, se tomaron dos planteamientos. Por un lado, el de Hugo Salgado: enseñar la relación fonema-grafema desde la escucha, y no desde la vista. Por otro lado, el del francés Gérard Chauveau, quien propone la enseñanza de la lectura y la escritura en cuatro contenidos: enseñar a leer, escribir; enseñar el sistema de la lengua, además del por qué y para qué leer. Todos ellos, como aprendizajes intencionados.

Con esos cimientos, ha funcionado el proyecto desarrollado por la Universidad Andina. La primera meta es lograr que los niños identifiquen los sonidos que tienen las palabras; reconocer los fonemas en diferentes situaciones, y después un proceso de cómo se graficaría. Es decir, se trata de una enseñanza que busca que los estudiantes se apropien de las competencias socio-culturales.

El proyecto funcionó en un inicio, según explica Mena, con el apoyo de USAID, y luego, mediante una gestión del Área de Educación, se continuó con la capacitación a los docentes, con el aporte del Club Rotario, Asociación Flamenca de Cooperación al Desarrollo y Asistencia Técnica VVOB, entre otras organizaciones. Desde 2016, el proyecto recibió el apoyo del Ministerio de Educación, con la formación de profesores mentores, en el Programa de Acompañamiento Pedagógico en Territorio.

Este proyecto recibió un premio internacional en octubre de 2018, en Bogotá, luego de ser seleccionado de entre más de 100 propuestas de la región.

El aporte del Área de Educación de la Universidad Andina no ha sido únicamente en este momento. En 2010, la Universidad donó los textos de Lengua y Literatura al Ministerio de Educación, con la propuesta planteada en Escuelas Lectoras, pero no se pudo concretar la capacitación a los profesores, ni para el adecuado uso de los libros, ni para la aplicación del nuevo enfoque en la enseñanza de la lectura y la escritura.

Con el currículo de 2016, la Universidad volvió a donar los libros, y se ha incluido ya en el currículo esta propuesta, pero tampoco ha habido un proceso de formación a los docentes. Por tanto, dice Soledad Mena, el Programa de Acompañamiento Pedagógico en Territorio, permite dar paso a esta capacitación.

En esta etapa de capacitación, Escuelas Lectoras ha formado a más de 80 mentores de la Sierra, y se ha hecho una propuesta de capacitación para 300 docentes de la Costa. En la Sierra se ha llegado a 130 escuelas, 707 docentes y 21.657 niños. Y en la Costa, a 692 escuelas, 3.566 docentes y 107.563 niños.

La primera fase de formación llegó a 50 docentes mentores en 15 circuitos de la Sierra; la siguiente fase tomará en cuenta a 53 circuitos de la Costa. Se estima que por cada profesor mentor que se capacite, se puede llegar a 20 docentes.

Además, el proyecto ha despertado el interés internacional; Costa Rica y México han manifestado su interés en aplicar la metodología.

Detrás de este programa están tres personas: Soledad Mena, Ana Alvarado y Patricia Medina, del Área de Educación.

La Universidad Andina felicita estos logros y compromete todos sus esfuerzos para fortalecer este importante proyecto de lectoescritura.

STR