El programa de la Maestría de Gestión Cultural y Políticas Culturales empieza con paso firme. En solo dos horas se agotaron los cupos para el taller “Redes de gestión cultural comunitaria para la producción y circulación de las sonoridades y músicas latinoamericanas”, que se desarrolló el pasado 2 de mayo.

 Para Paola de la Vega, coordinadora académica de esta maestría, este interés demuestra “la necesidad que hay en la formación de gestión cultural en la sociedad”.  Y esta necesidad se da por las “falencias de la administración pública”. Por ello, explica De la Vega, surgen redes y organizaciones comunitarias que buscan estrategias para gestionar sus proyectos artísticos y culturales.

Paola de la Vega anota algunas de las circunstancias que viven los artistas. “Tienen problemas con la difusión y comunicación para estructurar proyectos, así como para posicionarse en ciertos mercados”.

En el sector cultural, es importante –dice De la Vega- comprender que no es necesario llegar a los mercados grandes: “Hay otros tipos de mercados y formas de circular, y se producen en otro tipo de espacios que no son los grandes escenarios”.

Por otro lado, anota, “las organizaciones son muy débiles, entonces al no tener organizaciones sólidas tampoco hay espacios de agenciamiento y de demanda al Estado desde grupos organizados. Y además hay una heterogeneidad, unas tensiones bastantes complejas de manejar”.

Otra de las problemáticas es la competencia que se genera, por la existencia de un mercado débil. Esto influye en que el sector cultural y artístico se vuelque a la competencia y disputa por el acceso a fondos públicos. Según De la Vega, “la subvención del Estado sigue siendo necesaria. No creo que todos, pero muchos viven de la subvención estatal, que a veces también te condiciona”.

La producción artística y cultura se ve trazada por estas condiciones, y los creadores necesitan herramientas para saber cómo autogestionar sus proyectos. “Quizás ver este tipo de ejemplos que se muestran en el taller, da una luz para pensar formas de organización y de trabajo colectivo”.

En este contexto, el taller “Redes de gestión cultural comunitaria para la producción y circulación de las sonoridades y músicas latinoamericanas”, organizado por Maestría de Gestión Cultural y Políticas Culturales de la Universidad, sirve como encuentro de artistas, gestores culturales y funcionarios públicos, para conocer estrategias que ha trabajado la Red Sonamos Latinoamérica.

Carlos Passeggi, representante y miembro organizador del Festival Internacional de Música Popular Sonamos Latinoamérica con sedes en varios países latinoamericanos y Europa, fue el expositor del taller, en donde se analizaron los desafíos que enfrentan la gestión de espacios independientes y la circulación de capital cultural relacionado con las músicas en Latinoamérica.

Este taller muestra que una de “las líneas más fuertes de la maestría son los procesos autogestionados, y una gestión cultural que nace más de las bases comunitarias, de colectivos organizados del trabajo en redes. Y de entender cuáles son las posibilidades o los modos de producción, de circulación que se trabajan desde estas estrategias”.

Con la organización de este tipo de talleres, dice Paola de la Vega, la Universidad Andina Simón Bolívar también genera un servicio público, “porque mucha de la gente que se inscribió, y que quizás no ha podido pagar una maestría o que necesita una formación complementaria, tiene estos espacios gratuitos”. Asimismo, son escenarios en que se producen “encuentros de mucha gente que está trabajando y pensando en lo mismo. Entonces, se van generando comunidades de aprendizaje. La Universidad está cumpliendo con su sentido de servicio a la sociedad”.  

STR