Resumen:

Dentro del enorme campo de imágenes civilizatorias del siglo XIX, la figura de la mujer lectora se convierte en algo inquietante. Es un rostro que aparta la mirada y elige posarla sobre su libro: no sabemos qué pactos allí se sellan, entre aquello que lee y lo que imagina. Es la mujer que no se halla guardando el hogar y que ha dejado de mostrar por un momento su inagotable capacidad de cuidado de los otros. La ansiedad ante la mujer que lee sola y en silencio conduce a que sea profusamente representada en la pintura y en la literatura. De esto último quiere ocuparse este ensayo: mirar a través de ciertas lectoras y su representación la historia de una subjetividad que marca nuestra posibilidad contemporánea de imaginar como un acto emancipatorio. La geografía de estas lectoras y su representación se limita, por ahora, a Ecuador y, en una primera aproximación bibliográfica, a Colombia, con el objetivo de ampliar en una incursión posterior el trabajo a Venezuela, Perú y Bolivia a fin de registrar una historia de las lectoras en los Andes, si cabe una delimitación de esa naturaleza. Por supuesto, no se tratará de un trabajo exhaustivo, sino de imágenes y textos elegidos para ver la figura de la anómala.