“La relevancia de la ciencia crítica de América Latina para la investigación de la salud mundial contra-hegemónica” fue el título de la conferencia magistral que, hoy, dictó Jaime Breilh, rector de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador ante docentes y estudiantes de la Universidad de Londres. El grupo organizador, invitó al científico ecuatoriano por ser uno de los fundadores de la epidemiología crítica latinoamericana, para presentar una disertación, que se basó en tres ejes.

El marco conceptual e histórico de los movimientos de reforma universitaria en América Latina.

El desarrollo del movimiento de Medicina Social Latinoamericana (salud colectiva)

La superación de la metodología empírica en las ciencias de la salud: el caso de la epidemiología.

Una de las premisas sobre las cuales Jaime Breilh basó su exposición fue aquella que considera que para mantener a una población saludable son necesarias políticas que vayan al fondo del problema donde la prevención sea la filosofía y no solamente la implementación de medidas paliativas.

Esta forma de pensar -que rompe con los esquemas pre-establecidos- implica, sin duda, la aplicación de una metodología crítica que expanda la visión causa-efecto y analice con mayor profundidad elementos como el contexto en el que viven las personas, el ambiente que les rodea, entre otras circunstancias.

De allí que la Medicina social latinoamericana irrumpe –con Jaime Breilh a la cabeza- planteando a la salud como un conjunto de procesos y no solo como un objeto aislado como plantea el positivismo.

“Si bien todos los paradigmas epidemiológicos son sociales, pocos son críticos”, aseveró Breilh. La determinación social de la salud que él plantea implica seis rupturas metodológicas.

Jaime Breilh propuso una relación armónica entre la sociedad y la naturaleza, como una forma de vivir saludable. Su visión multidimensional de la reproducción social plantea una relación entre lo individual y lo colectivo en salud como una forma de abordar el tema de la salud-enfermedad de manera integral.

El Rector de la Andina culminó su conferencia magistral con una potente idea de Albert Einstein: “Un ser humano es una parte del todo”.

“Un ser humano es una parte del todo,

llamado por nosotros ‘Universo’,

una parte limitada en tiempo y en espacio.

Él se experimenta a sí mismo,

sus pensamientos y sentimientos

como algo separado del resto.

Es una especie de ilusión óptica de su consciencia.

Esta ilusión es una especie de prisión para nosotros,

que nos restringe a nuestros deseos personales

y al afecto por unas cuantas personas cercanas a nosotros.

Nuestra tarea debe ser liberarnos de esta prisión

al ampliar nuestro círculo de compasión

para abrazar a todas las criaturas vivientes

y a toda la naturaleza en su belleza.

Nadie es capaz de lograr esto por completo,

pero el esfuerzo por tal logro es en sí mismo

parte de la liberación y una base para la seguridad interna”.