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Boletín Spondylus

Sicoanálisis y literatura


Publicado: 24-07-2019

Por: Felipe Bastidas
Transcripción: Sofía Tinajero Romero

 

Nora Sigal visitó la Universidad Andina Simón Bolívar, para dictar el seminario Sicoanálisis y Literatura, dentro del cual abordó la conceptualización freudiana de la sublimación; la concepción de Lacan; y nuevas lecturas de la sublimación. A propósito, Felipe Bastidas, del Área de Letras y Estudios Culturales de la Universidad Andina, le entrevistó, para profundizar en detalles sobre la relación entre el sicoanálisis y la literatura.

Nora, tú trabajas no solo desde el sicoanálisis, sino desde el sicoanálisis haciendo algunas articulaciones, por ejemplo con la literatura. ¿Qué nos puedes decir de esta articulación entre sicoanálisis y literatura?

Bueno, primero me estás preguntando que te resuma todo lo que hago desde hace muchos años. Así que no sé ni por dónde empezar. Te diría que voy a  empezar por referirme a mi vida en el Ecuador. Yo viví en Quito del año 1991 al 2007. Y Llegué habiendo estudiado medicina, y siempre me interesó la literatura. Entré y formé parte en una institución que se formó en ese momento, de sicoanalistas. En aquel momento, primero eran los Carteles Freudianos Constituyentes, y terminó siendo Escuela Freudiana del Ecuador. Trabajaba con ese grupo durante algunos cuantos años. No puedo decir cuántos, porque tengo que hacer muchas cuentas. Pero, en un momento empecé a trabajar para una revista y hacer crítica literaria, porque siempre me gustó la literatura. Y pensé que quería darle un formato más consistente y entre comillas, científico a ese quehacer literario siempre desde la crítica.

 

Me puse a estudiar en la Universidad Católica. Hice una maestría en Literatura Hispanoamericana. Y ese fue el inicio de esta combinación. Cuando terminé esa maestría, volví a vivir a Buenos Aires. Y llegué y al poco tiempo me inscribí en otra maestría. Esta vez en Estudios Literarios, en la UBA, en la Facultad de Filosofía y Letras. Y también concursé y gané el concurso y soy docente de sicoanálisis Freud en la UBA, en la actualidad. La maestría ya la hice. Pero en la actualidad soy docente de sicoanálisis Freud, en la carrera de Sicología en la UBA.

Hice mi tesis en Freud y la literatura a partir de sus biógrafos. Y esto es conjunción de ambos campos. Es Freud, es la literatura, y tuve que hacer a partir de sus biógrafos, porque era una tesis de maestría, y era demasiado abarcativa pensar en Freud y la literatura. La tesis que estoy preparando ahora, que sí es de doctorado, es: Freud, de la literatura, a la escritura, y ese es el campo que diría, es lo mío, es lo que me gusta trabajar, es lo que me gusta enseñar, es lo que me interesa. Y hay tanta gente que he encontrado que se interesa en el asunto, que vamos por ahí.

Hay un interés en esta articulación, entre sicoanálisis y literatura. Es un interés que veo que provoca mucha reflexión. En tu caso, ¿qué es lo que provocó esa articulación?, ¿qué es lo que provoca aún esa articulación?, ¿qué es lo que la literatura le puede decir al sicoanálisis?

Si empezamos con Freud mismo, todo un primer tiempo de Freud, es un tiempo donde él precisa de la literatura. Por un lado, porque le gusta, porque disfruta de eso, porque escribe y tiene dotes literarias. Por otro lado, porque precisaba Freud, o por lo menos así lo entiendo  yo, casos literarios, para poder darle un estatuto a su casuística. Si él tenía que hablar únicamente de sus casos, iba a tener demasiada resistencia –más de la que tuvo- con respecto a que la gente crea en lo que él estaba proponiendo. Y tomar casos de la literatura, casos clásicos de la literatura –él era un especial amante de Goethe, por ejemplo-, le daba una posibilidad de diálogo con los intelectuales de la época, con el medio que no sea el medio médico, en el cual yo creo que él no quería quedar inserto, entre sus seguidores más cercanos había literatos y gente que se interesaba en la crítica. Entonces, me parece que esa es una manera de pensar un acercamiento inicial a la literatura. También creo que después –yo soy seguidora, lectora de Lacan- Lacan es otro interesado en la Literatura. Otro que ha dado claras muestras de tener intereses literarios. Entonces, me parece en ese sentido la literatura nunca ha estado peleada con el sicoanálisis ni alejada. Yo creo que está muy cerca en muchos puntos desde la palabra escrita, la lectura, la palabra dicha, los estudios relacionados con la lingüística. Creo que hay mucha afinidad.

Me haces acuerdo de algo que dice Freud en Pueden los legos ejercer el análisis, que el sicoanalista debe conocer otros campos del saber, y alienta  a estudiar historia de las religiones, estudios de la cultura, literatura, a pesar, dice él, que eso no se vaya a ocupar en la práctica clínica.

Lo que pasa es que para entender a alguien que nos viene a hablar, para poder pensar al sujeto, me parece que desde ya los estudios médicos no son los indicados, sino que hay poder entender al sujeto hoy en la cultura, hoy en la escritura, hoy en el mundo que nos toca vivir. Y las cosas cambian rápido. Así que, a mí me interesa particularmente, este mundo de la literatura. Pero hay otros mundos que están muy conexos con el sicoanálisis sin los cuales no podemos pensar hoy el sicoanálisis. La topología, las matemáticas, la historia, la política. Cada uno tiene su pequeño nicho donde se maneja un poco más a gusto que otros. El mío es el de la literatura. Pero hay varios campos del saber que son imprescindibles para poder hoy pensar desde el sicoanálisis

Y con relación a esta articulación entre sicoanálisis y literatura, ¿qué conceptos tú consideras que son necesarios para sostenerla? Lo digo porque sé que estás trabajando actualmente el concepto de sublimación.

Sí, ese es el último tema en el que me estoy metiendo últimamente, porque pienso y estoy trabajando en eso, así que habrá que demostrarlo con mayor efectividad, que la sublimación es un intermedio entre la literatura y la escritura. Yo lo llamo el paso intermedio. Las concepciones de Freud sobre la sublimación, las conceptualizaciones de Lacan sobre la sublimación, en especial alrededor de lo que trabaja para la altura del seminario sobre el sinthome.

Seminario 23, sobre Joyce.

Y en especial hay algo que estoy tratando de darle la vuelta, y sobre lo que voy a trabajar en el seminario acá en la Andina, que es el tema del Escabel, o como lo llama Lacan en francés, escabeau, que es ese escaloncito, esa tarima en la cual se pueden subir los sujetos, para poder lidiar en cierta forma con su propia vida, con su posición subjetiva, y con la capacidad que tengan o no de producir cada uno en sui nivel, cada uno en su medida, pero siempre esta capacidad de la producción  la podría ligar justamente con la sublimación. La sublimación me interesa por esa posibilidad productiva que le da a todos los que se acerquen al sicoanálisis.

Y con esta noción que tú recoges del Seminario 23, se entendería que esta articulación a la sublimación, a la producción, no es una cuestión solo para los artistas, sino para cada hablante.

Has dado la tecla. La sublimación es para el artista, por supuesto. Y desde Freud se sostiene esa noción de sublimación con respecto al arte, la literatura, la música, cualquier tipo de creación. Pero también puede sublimar aquella mujer que sabe hacer ricos postres y comparte con los que quiere o con los que les da la gana esos postres, para decir de algo menos estereotipado como efecto de la sublimación.

Como se lee en Lacan, una producción, sin pasar por la represión.

Si decimos que es una vía que es diferente a la de la represión, sí lo dice. También lo dice Freud, que es una vía distinta a la de la represión.

Lacan es freudiano.

Sí, pero digo para rescatar al maestro primero.

Y por esta vía del artista, sabiendo que es una operación que nos es privativa del artista, o para el artista o solo del artista, pero por esta vía del artista, es un concepto que se liga con una cierta construcción estética. Qué se me ocurre decir en este momento, es una construcción estética en donde se puede convertir el horror en algo bello. Pienso en el concepto de luminoso en Freud, por ejemplo.

Aquí tengo unos puntos encontrados. Convertir el horror en algo bello sería un ideal, pero creo que hay un punto de imposibilidad también en convertir el horror en bello. También tenemos esas literaturas donde justamente no buscan lo bello, sino otra clase de enfrentamiento con lo real, donde aparece más cerca de lo ominoso, de lo siniestro, de literaturas que podríamos llamar literaturas que no son de placer, sino de goce, y no creo que en esas literaturas se esté buscando lo bello. Más vale, creo que se trata de provocar algún movimiento en el lector, o en el espectador, o en el oyente, donde se vea cuestionado, y no sienta placer ni belleza en su contacto con esa obra de arte.

Eso sería algo así como el sentido de la estética o de la obra de arte. Tocar ese punto de goce en el autor...

Tocar ese punto de real, y hablar de lo real como ese imposible pero contorneándolo y acercándose, cosa que no todos los autores o artistas están dispuestos a hacer. Hay que poder sostener esa posición de acercamiento a lo real. No todos se atreven, y no todos se atreven a ser espectadores o lectores de ese tipo de manifestación artística.

No todos se atreven. Bueno, con esta última expresión, nos despedimos. Te agradezco mucho por la entrevista. Espero poder continuar conversando contigo en otro momento. Y bueno, gracias.

Gracias a ti, muchas.