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Boletín Spondylus

Ribeiro: --Hablar hoy de transgénicos es entregarse a las seis transnacionales productoras--


Publicado: 06-06-2012

Por Fernando Andrade C.
Editor del Portal

Transcripción y edición de video:
Silvia Coral
Periodista de Relaciones Públicas

Silvia Ribeiro es investigadora y responsable de programas del Grupo ETC, de México. Es periodista y columnista del diario La Jornada en México. Además, organiza campañas en temas ambientales en Uruguay, Brasil y Suecia.

Sus investigaciones se relacionan con los impactos sociales y ambientales de los transgénicos, y de otras nuevas tecnologías; sobre concentración corporativa, propiedad intelectual, derechos de los pueblos indígenas y campesinos.

Ribeiro fue invitada por la Universidad Andina Simón Bolívar para participar en el seminario “Ecología política y capitalismo verde: impactos en agricultura, bosques, pueblos y comunidades", organizado por el el Doctorado en Salud Colectiva, Ambiente y Sociedad de esta casa de estudios y el Instituto de Estudios Ecologistas del Tercer Mundo.

¿Qué problemas sociales genera el uso y la producción de alimentos transgénicos?
Problemas enormes porque, además de los problemas ambientales y de salud, lo más importante es que los transgénicos son el paradigma de la privatización de las semillas en la agricultura y las semillas son la llave de toda la red alimentaria.
 
Tenemos que, en el caso de las semillas transgénicas, solamente seis empresas, Monsanto, Syngenta, DuPont, Dow, Bayer, Basf, que son todas productoras de agrotóxicos, agroquímicos, controlan el 100% de las semillas.
 
Entonces hoy en día hablar de producir transgénicos en cualquier país es entregarse a algunas de estas seis transnacionales, es aumentar la dependencia y terminar con la soberanía alimentaria.

¿Qué consecuencias genera la producción de transgénicos sobre el uso de la tierra? Según algunos de tus ensayos, esto genera una monopolización de la tierra, ¿cómo se produce?
Desde el punto de vista social, la semilla transgénica es muy mucho más cara. En Argentina se ven casos donde para poder plantarla, tener los fondos que se necesitan para la inversión y para la cantidad de químicos que hay ponerle a los transgénicos, se hace un pool de siembra. Es decir se juntan varias propiedades, pero finalmente, por renta de la tierra o por el alquiler de la tierra, esto va generando un proceso de concentración de la tierra.
 
De hecho en Argentina, que es el segundo productor mundial de transgénicos, se puede hablar de una reforma agraria al revés. Desde que se introduce a gran escala la siembra de la soya y maíz transgénico lo que ha sucedido es que cada vez hay menos propiedades porque se van ya que la zona que se usa para la soya transgénica es fumigada desde arriba y eso impide otras actividades o porque primero se renta, se va comprando la tierra, pero lo cierto es que los transgénicos han llevado a un aumento de las grandes propiedades agrícolas y cada vez una menor cantidad de las pequeñas.

¿Existen evidencias de daño en la salud por el uso de alimentos transgénicos?
Si, la Asociación Americana de Medicina Ambiental, que es una asociación de epidemiología, hizo un análisis, compiló por muchos años las evidencias en ensayos de diferentes partes del mundo y de ensayos en laboratorio con animales de los transgénicos. A la conclusión que llegó, esto está publicado en 2009 en el sitio de la asociación, basados en 66 casos de estudios científicos, primero piden una moratoria diciendo que son consecuencia muy graves, no solo por el uso de agrotóxicos que aumenta los problemas de la salud sino que han encontrado evidencias que van desde el aumento de las alergias hasta disfunción endocrina en algunos casos, disrupción de la función de hígado, riñón y bazo, que tienen que ver con el procesamiento de elementos externos al organismo.
 
Los estudios de la asociación aducen que lo más grave es que no existen estudios epidemiológicos y lo único que dicen las transnacionales, porque si no irían a juicio, que no hay evidencia de que tengan impactos en la salud. En realidad, sí hay evidencias solo que no se las está buscando, todos los transgénicos que se aprueban en el mundo a nivel de agricultura, es decir los que son para alimentación, no pasan por ningún tipo de ensayo en laboratorio con animales. Solamente son ensayos agronómicos, pero no existe ningún tipo de estudio sobre la salud.
 
Realmente lo que estamos seguros que son elementos externos, que hay problemas en el sistema inmunológico provocadores de alergias y otros, pero además los transgénicos están modificados para ser resistentes a herbicidas y por lo tanto utilizan una cantidad muchísima mayor de agrotóxicos.
 
Eso ha generado resistencias porque el uso tan voluminoso y exagerado de agrotóxicos ha producido resistencia en malezas, en hierbas y en insectos. Entones, cada vez se están usando cosas peores. En este momento Monsanto y Dow, dos de las empresas, están haciendo transgénicos resistente al agrotóxico 2-4D que es uno de los componentes del agente naranja y que se sabe que es carcinogénico y Monsnato está haciendo un resistente a dicamba que es otro tipo de agrotóxico que se habían sacado de circulación por su alto nivel de peligrosidad.
 
¿Qué relación se puede establecer entre las industrias de transgénicos y los Tratados de Libre Comercio (TLC) que impulsan los países desarrollados con los países en desarrollo, especialmente en Latinoamérica?
Los TLC han sido como la gran cobertura que ha permitido el avance de las grandes empresas, particularmente de las transnacionales, en las diferentes economías nacionales del tercer mundo y eso es porque, aunque se habla de tratados entre varios países, como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte entre Canadá, Estados Unidos y México, son tratados desiguales y asimétricos y por lo tanto lo que hay es una apertura de los países a las grandes empresas.
 
Eso se repite en otro tipo de TLC, primero porque todos llevan un mismo patrón; segundo porque los TLC que se han llevado a cabo en América Latina son parecidos, no solo al abrir los grandes mercados facilitan a las grandes empresas sino que obligan a que las grandes empresas tengan las mismas condiciones que las empresas locales. Además de eso los TLC garantizan de que se respete la propiedad intelectual en el caso de las semillas, entonces las empresas se sienten seguros para invertir con transgénicos en esos países porque pueden cobrar la patente sobre la semilla y pueden cobrar por la contaminación lo cual es aberrante de los transgénicos, es decir la victima de la contaminación queda obligada a pagarle a las empresas por el uso de patente, aunque no lo haya querido. Hay muchos casos de esto.
 
En Estados Unidos, Monsanto tiene más de 500 detectives que van a tomar muestras de otros agricultores para ver si a través del aire o el polen se han contaminado y si se contaminaron les cobra por el uso del gen.

Uno de los temas que has analizado es sobre los perjuicios de la nanotecnología, ¿qué nos puedes decir sobre este tema?
Es un tema muy vasto. Lo que puedo decir es que la nanotecnología se basa en la modificación a nivel molecular de las propiedades físicas y químicas de los materiales, la elaboración de nanopartículas, que es lo más avanzado, son tan pequeñas que no existe nada dentro del sistema inmunológico ni humano ni animal ni vegetal que lo detecte. Entonces el sistema inmunológico de los seres humanos no está preparado para enfrentarse a nanopartículas.

Lo que si ya se sabe -porque hay cientos estudios- es que ya analizados los efectos de los productos que usan nanopartículas, tanto a nivel de fabricación e incluso en la investigación en laboratorio, se sabe que hay un alto grado de toxicidad debido al tamaño, a los materiales, a la forma como está estructurada la molécula. Pero en todos casos tiene que ver con el tamaño que es tan pequeño que al no ser detectado por el sistema inmunológico se acumula en órganos claves como en el hígado, traspasa la barrera manto-encefálica del cerebro, traspasa la barrera de la placenta. Hay muchas vías, incluso en la inhalación, que penetran en el organismo y producen toxicidad.
 
Lo mismo pasa a nivel de desechos industriales en la fabricación. Hay más de 1.600 líneas de productos con base en nanotecnología que están circulando en los mercados. Estoy segura que aquí en el Ecuador también hay productos elaborados con nanotecnología porque son de importación y que contienen nanopartículas. Entonces los desechos a nivel de los desagües de una lavadora, por ejemplo, que usa nanoplata, que es ecológica porque no usa jabón, pero sus desechos descargan una cantidad de nanoplata que es 45 veces más toxica que la plata coloidal al que se usa para desinfectar. Es como largar un biosida de alto poder en los desagües lo cual tiene un efecto devastador sobre los microorganismos benéficos, incluso sobre peces, pequeños artrópodos. Es un efecto importante.

En ninguna parte del mundo está regulada la nanotecnología que es una tecnología que se comenzó a aplicar y como cambiaba materiales y sustancias que ya existían y que estaban reguladas no se hizo una nueva regulación.