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Boletín Spondylus

Proyecto OPTIN considerado “Buena Práctica” en el Grantholders´ Meeting, Erasmus+ Capacity Building 2021


Publicado: 05-02-2021

Por: Adriana Rodríguez Caguana

Edición: Sofía Tinajero Romero

 

El proyecto OPT-IN es un proyecto internacional de Erasmus+ Capacity Building 2017- 2020. Contó con la participación de ocho universidades socias: cuatro en Europa y cuatro en Latinoamérica, entre las cuales se encontraba la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador. Uno de los principales resultados fue la propuesta de Maestría en Derechos de la Naturaleza y Justicia Intercultural que se oferta en esta casa de estudios. El proyecto fue exitoso a nivel nacional e internacional, motivo por el cual ha sido considerado como de “Buena Práctica” por parte de la agencia de la Unión Europea.

Con este motivo, Adriana Rodríguez, coordinadora de esta maestría, entrevista a Giorgia Pavani, profesora asociada de derecho público comparado del departamento de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Bolonia.

Pavani fue la coordinadora internacional del proyecto OPT-IN “Nuevo programa de posgrado para la formación de OPeradores Transnacionales e INterculturales para la defensa de la naturaleza y la construcción de la paz en la Comunidad Andina”. Y actualmente, coordina el proyecto Remove “Repensando la migración desde la frontera de Venezuela: nuevo programa académico en movilidad humana y convivencia en la Comunidad Andina” Erasmus+ Capacity Building 2020-2023.

Bienvenida, Giorgia. El proyecto OPT-IN finalizó y fue exitoso. ¿Cómo nació el proyecto y por qué la Unión Europea estuvo tan interesada en este tipo de formación?

Muy buenos días, Adriana y a todos los que nos escuchan. Es un gusto hablar contigo y con los demás miembros de la Universidad Andina Simón Bolívar, que hace parte del primero y segundo proyecto. Entonces, sigue esta relación muy fuerte.  

Los proyectos Erasmus+ Capacity Building (higher education) son proyectos financiados directamente por la Unión Europea. Se insertan en el programa de la Comisión Europea y están destinados a soportar acciones en los países extraeuropeos. En este caso, en América Latina. Es una región muy competitiva en el sentido de que cada año se presentan muchos proyectos; son alrededor del 15%, 16%. Eso significa que nuestro proyecto ha sido seleccionado entre muchos en cualquier tema; competimos con medicina, ingeniería, educación y cualquier otro tema.

La Unión Europea soporta este tipo de acciones de Capacity Building para construir algo. Y nosotros logramos construir algo en el panorama académico y, sobre todo, algo novedoso. Entonces, juntar los derechos de la naturaleza y la construcción de procesos de paz resultó de efecto novedoso y de gran interés para la Unión Europea, sobre todo, porque en aquella época -hablando de hace tres, cuatro años- no existían programas académicos -y todavía no existen, con la excepción de la Universidad Andina- que puedan reunir bajo el derecho comparado estos dos temas fundamentales en la región. Y es por eso que logramos exactamente, porque propusimos una idea innovadora.

Claro, es realmente un proyecto innovador. La gente que lo escucha, las organizaciones de la sociedad civil que estuvieron involucrados en el proyecto también veían con muchísimo interés esta unión entre interculturalidad, derechos de la naturaleza, construcción de la paz.

El resultado principal fue justamente la Maestría en Derechos de la Naturaleza y Justicia Intercultural, que ahora está ofertando nuestra Universidad Andina Simón Bolívar. La primera convocatoria que tuvimos fue exitosa. Se finalizó el proyecto con el resultado final en el contexto de la pandemia, y para la Universidad Andina Simón Bolívar ha sido un reto lanzarlo en este momento.

¿Cuáles fueron los retos para poder finalizar con éxito la apertura por parte de todos los socios? ¿Cómo crees que reciben las universidades de la Unión Europea este nuevo programa? y ¿cómo llegó este resultado?

La maestría a la final llegó con este nombre que acordamos. Pero además recordamos que en Colombia, las dos universidades socias actualizaron sus propios cursos; es decir que utilizaron la fórmula del update. Es decir, cursos que ya existían, módulos muy innovadores en el mismo tema.  No es una maestría pequeña, pero son módulos. Eso significa que los dos países -Colombia y Ecuador- trabajaron conjuntamente.

Pero realmente, el gran resultado, el gran logro fue una nueva maestría, por su proceso de acreditación en Ecuador. Entonces, primero yo quiero recordar el gran trabajo de los profesores europeos y latinoamericanos que desde el principio trabajaron juntos para crear esta malla curricular innovadora.

Para contestar a tu primera pregunta de cómo recibieron las universidades europeas esta maestría, debo decir que el primer resultado fue que trabajamos en la creación de una malla curricular innovadora.

Yo siempre digo que el OPT-IN no sólo nos capacitó, sino que nos transformó. Lo que los profesores europeos aportamos en un primer momento, pues los países latinoamericanos y su experiencia devolvieron, en cambio, una nueva forma de pensar, una nueva epistemología. Entonces, fue un intercambio realmente constante.

Y ese es un éxito extraordinario que fue inicialmente un proyecto de cooperación. Pero realmente se transformó en un proyecto de investigación. Y eso resultó en los libros que publicamos durante estos tres años. Entonces, esta construcción de una malla curricular -repito- innovadora, acompañando todo el camino del proyecto durante los primeros dos años y medio.

El logro mayor fue la acreditación durante la pandemia, porque no obstante otros eventos a nivel sociocultural y económicos que atravesó Ecuador durante el último año del proyecto, igualmente logramos. Eso significa que sus instituciones reconocieron la novedad del proyecto.

Yo siempre voy a felicitar a la Universidad Andina Simón Bolívar por el enorme esfuerzo de trabajar constantemente en contacto con las instituciones para obtener la acreditación, lo que durante la pandemia no es para nada fácil.

Y una de las cosas más interesantes -siempre conversamos esto con los profesores OPT-IN- fue aprender sobre derecho comparado. Para mí fue todo un descubrimiento el derecho comparado desde la perspectiva de la Universidad de Bolonia. Eso realmente fue todo un aprendizaje mutuo. Y me parece que fue un aprendizaje bien equitativo, y eso siempre enriquece cualquier proyecto.

Y este aprendizaje, ¿cómo se ve reflejado también en esto que está siendo señalado el proyecto OPT-IN como de buena práctica? Cuéntanos, ¿qué quiere decir que la agencia de la Unión Europea diga que el proyecto OPT-IN es una buena práctica? ¿Cómo llegó a ser buena práctica? ¿Cómo llegó a tu conocimiento como coordinadora?

La primera respuesta inmediata que te puedo dar es que una buena práctica en tiempo de pandemia es lograr y concluir un proyecto a tiempo, porque nosotros no pedimos una prórroga. En cambio, la mayoría de los proyectos que empezaron en el mismo período tenían que terminar formalmente el 15 de octubre del año pasado, y no terminaron. Y nosotros terminamos con éxito, con una maestría que empezó el primer año. Entonces, la primera respuesta es que fue la mejor práctica, y no solo una buena práctica para la Unión Europea.

Este logro, además de ser el fruto de un gran trabajo, también tuvo suerte, porque trabajaron bien también las instituciones del Ecuador que al final entregaron una acreditación durante un período de pandemia. En estos días, exactamente en estas semanas se está celebrando en línea -debía haberse celebrado en Bruselas- la semana de la reunión de todos los proyectos que cada año logran ser financiados por la Unión Europea. Habitualmente se hace en una semana en Bruselas. En este espacio, además de celebrar, se explican todas las reglas nuevas, de management y todo.

Yo permanentemente estoy participando, soy la coordinadora del nuevo Capacity Building que empezó el 15 de enero del 2021. Pero al mismo tiempo, ya que estaba ahí, me invitaron como excoordinadora del OPT-IN, exactamente para contar las buenas prácticas, porque son funcionarios efectivamente han definido al proyecto OPT-IN, como un proyecto muy exitoso por los resultados.

Así que me pidieron explicar a los demás participantes las buenas prácticas. Entre ellas, yo pude lanzar unas imágenes de un par de eventos de la Universidad Andina, sobre la consulta previa en noviembre de 2019; y otro evento en una comuna. Utilicé esas imágenes para explicar cómo se trabaja con lo que llamamos grupos vulnerables, que en este caso podrían ser las comunidades indígenas. Y de manera muy sencilla -honestamente te digo- hay que olvidarse de la bandeja de la Unión Europea, de sus países europeos cuando se habla, y hay que trabajar en contacto con los socios latinoamericanos, y por medio de ellos, acercarse a las comunidades indígenas, a estos grupos vulnerables.

Entonces, lograr lo que llamamos stakeholders. Cómo lograr el contacto con los stakeholders: trabajando constantemente, de manera muy honesta y muy sencilla. Y además toda la parte de la organización, que como sabes bien, es una parte muy difícil: organizar a ocho socios, explicar toda la parte relativa a la gobernanza del proyecto, al management. Esas son las buenas prácticas, pero hacen parte del juego la financiación, la contabilidad, por supuesto.

Sin duda es como un rompecabezas un proyecto. O sea, la parte de financiamiento de la organización es clave. Sin eso realmente un proyecto no tiene el impulso y la fortaleza. Realmente, una de las cosas que yo destaco también del proyecto es justamente esta cooperación tan equitativa entre las universidades europeas en las universidades latinoamericanas. Eso lo resalto; a las coordinadoras también las felicito, porque fue muy respetuosa, muy igualitaria, muy de compartir y de transformarnos. O sea, muy intercultural al final.

Sí, eso lo anotaron como buena práctica. En cambio, hay otros coordinadores que deciden una forma no tan descentralizada como la nuestra, y más bien con una forma totalmente centralizadora en la cual la universidad que coordina entrega el dinero necesario solamente para realizar viajes, o pocas cosas. Pero -en mi opinión- esta no es una fórmula respetuosa, en primer lugar, y no es una fórmula que pueda permitir exactamente ese desarrollo.

El proyecto fue intercultural en su propia práctica. Eso siempre lo destaco. Ese trabajo con las universidades europeas y las latinoamericanas realmente fue una experiencia maravillosa. Y esperamos en la maestría también invitarles y esperamos ese diálogo. Ya algunos profesores que están en Europa nos han acompañado en algunas clases. Así que muchísimas gracias por eso.

Ahora eres la coordinadora del nuevo proyecto de un proyecto Remove, que es otro reto tremendo, repensando la migración de las fronteras de Venezuela; nuevo programa académico movilidad humana y convivencia en la comunidad andina. Hermoso el nombre. Nuestra Universidad Andina Simón Bolívar también hace parte del proyecto. Cuéntame, ¿qué expectativas hay sobre este nuevo proyecto y cómo se van a desarrollar en este contexto?

Realmente, la agencia de la Unión Europea tiene mucho interés en este proyecto. Me lo comentó la funcionaria desde el principio, porque cuando viene este tema fuerte de América Latina, efectivamente la propuesta del tema ya fue un éxito. Tu estuviste con nosotros cuando decidimos aplicar con este proyecto; no podía ser otro tema, porque antes de la Covid-19, esto era íntegro en América Latina, y sigue siendo. Aplicamos un mes antes de la Covid-19, entonces esa era la situación, y pensamos inmediatamente en este tema.

En el caso del Remove -ese es el acrónimo del nuevo proyecto- tenemos 11 socios, pero ocho de ellos son los socios del OPT-IN. Añadimos un país: además de Colombia y Ecuador, Perú. Claramente un país muy interesado en el tema de la migración venezolana. Entonces, añadimos dos universidades más: la Pontifica Universidad Católica de Lima y la Universidad de Trujillo. Esos son los nuevos socios.

El proyecto OPT-IN ha sido un gran desafío, sin duda que impactó mucho en la academia, y el resultado es una maestría. El desafío del Remove, además de tener un impacto en la academia, hablando de una política migratoria, de un derecho de la migración, que es irrenunciable en América Latina. Pero el desafío también es en el impacto en las instituciones. Tenemos como partner asociados, que significa que no son universidades, sino entidades, prácticamente todas las instituciones referentes de la migración en nuestros países. La oficina de migración en Colombia, la Superintendencia en Perú. Tenemos los referentes a ver cómo podemos tratar.

El objetivo es siempre formar operadores nuevos con capacitaciones nuevas que puedan trabajar en este tema con las instituciones.

Qué interesante. Mi querida Giorgia, vamos llegando al fin de esta entrevista. Ha sido un verdadero gusto volver a verte, y recordar estos tiempos, los tiempos de encuentro, de pensar.

Antes de la Covid-19.

Es tan enriquecedor para la Academia y también para lo que estamos ahora proponiendo en nuestro programa de maestría en Derechos de la naturaleza y justicia intercultural, al esfuerzo de todos los compañeros de las ocho universidades socias.

Espero realmente este proyecto vuelva a ser señalado como de buena práctica. Y claro, eres una excelente coordinadora, porque decir que es una buena práctica es un reconocimiento a la coordinación.

Te agradezco, pero hay buenos coordinadores solamente cuando hay excelentes socios. Suerte para los profesores y los estudiantes de esa nueva maestría. Yo sé que ellos están totalmente conscientes de que están en un programa realmente nuevo. Yo espero que pueda seguir adelante porque el interés en toda la región es inmenso. Hay solo que buscar los instrumentos adecuados, las herramientas adecuadas para seguir adelante. Pero ya es un éxito, considerando que la acreditación llegó en abril, el proceso de la maestría empezó en mayo, y al principio de octubre los estudiantes estaban ya en el salón virtual. Entonces, éxito total.

Muchas gracias, querida Giorgia. Muchísimas gracias a todos los compañeros que hicieron parte del proyecto OPT-IN, y muchísima suerte para este nuevo reto del proyecto Remove.

Gracias también, saludos para todos.