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Boletín Spondylus

Pablo Fajardo, el abogado que puso a temblar a un gigante


Publicado: 05-05-2009
Pablo Fajardo es uno de los abogados demandantes del juicio a la compañía Chevron Texaco y representante del Frente de Defensa de la Amazonia que agrupa cerca de 30.000 afectados.

En entrevista con Spondylus, nos habló sobre los avances del proceso judicial, las perspectivas a futuro y el rol del Estado en la defensa de los recursos ambientales.

Este año se define el juicio contra Chevron Texaco que lleva más de una década de litigio. ¿Cuáles son las expectativas al respecto? 
Bueno faltaban ocho inspecciones judiciales que Texaco no las quería hacer únicamente por dilatar más el proceso judicial. Sin embargo, el presidente de la corte Provincial de Sucumbíos ordenó que se hagan esas diligencias judiciales y esto avanza. Al concluir esa fase de prueba habría un informe en unos tres o cuatro meses más y creo que máximo para noviembre o diciembre de este año tendríamos una sentencia en primera instancia.

¿Cuál es el impacto que tiene este juicio a nivel internacional?
Este caso inició en la Amazonia ecuatoriana quince años atrás, cuando empezó la actividad extractiva de Texaco, sin embargo por ser la empresa demanda una empresa norteamericana, esto ha tenido un impacto grandísimo en el ámbito internacional tanto en lo ambiental, como en derechos humanos y en el ámbito jurídico. Debemos recordar que cuando planteamos el juicio en Nueva York en 1993, Texaco arguyó durante nueve años consecutivos que el fuero conveniente no era el de Estados Unidos y que ellos debían ser juzgados en el Ecuador. Al final de nueve años de litigio, solamente por la conveniencia de juzgarlos o no acá en Ecuador, la Corte Penal de Nueva York emite una resolución en la que determina algunos puntos fundamentales, entre ellos dos de ámbito internacional. Uno que Texaco no podía alegar prescripción; dos que Texaco debía someterse a la justicia ecuatoriana; tres que la Corte de Nueva York servía de garante para hacer cumplir lo que resuelva la justicia ecuatoriana y cuatro, donde se establecía el plazo de un año para que la gente demande. Esta es la primera vez que la justicia norteamericana obliga a una empresa norteamericana a someterse a la justicia ecuatoriana. Aquello de hacer cumplir la retribución que emita la justicia ecuatoriana es importantísimo porque Texaco ya no tenía actividad extractiva en el Ecuador y podía presumirse de que al final, si perdieran el juicio, no había cómo cobrarles el daño que hicieron. Al ser esta Corte garante de lo que se decida en Ecuador se da un paso importante hacia el derecho internacional.

Entonces que nosotros sentemos precedentes es un buen referente internacional para otros litigios ambientales básicamente contra empresas petroleras. Todo el mundo está pendiente de lo que pasa en este litigio tanto empresas, como comunidades y estados porque saben que si la empresa es derrotada es posible que se venga una avalancha de varios litigios más en muchas partes del mundo contra esta empresa y otras empresas que han hecho cosas parecidas a lo que hizo Texaco en Ecuador. La connotación es alta.
Para muchos era imposible pensar que un país, llamado por algunos tercermundista, y de la selva ecuatoriana sea capaces de demandar a la tercera empresa más poderosa del ámbito petrolero y resistir un juicio por más de 15 años. Les parece impresionante que la gente luche tanto tiempo. Todo esto marca un hecho trascendental dentro del planeta.

¿Cuán beneficioso es que se haya cambiado el escenario jurídico a Ecuador?
Nosotros pedimos que se juzgue en Estados Unidos porque ahí estaba la sede de Texaco en esos años. Pero ellos temen y temían al sistema jurídico norteamericano pues creen que el sistema ecuatoriano puede ser mucho más débil y fácil de corromper. En el litigio hemos visto tantos documentos de cómo esta empresa manejaba jueces, gobiernos, ministros, militares, realmente Texaco manejó el país por varias décadas. Tenemos documentos de cómo ellos desde sus oficinas en Nueva York, Miami, Houston ordenaban a los ejecutivos de Texaco en Ecuador sobornar a ministros para conseguir sus objetivos económicos. En 1995 cuando supuestamente hacen una remediación ambiental, el embajador de Estados Unidos de esos años emitía cartas muy  halagadoras  al Vicepresidente de ese tiempo, el economista Alberto Dahik donde se tramaba esta supuesta remediación para que ambas salieran bien, pero en perjuicio de las comunidades de la Amazonia. Esos actos de corrupción fueron institucionalizados por Texaco desde los años 60 hasta los últimos años, incluso.

En el año 2005, por ejemplo, en pleno juicio ellos residían en un destacamento militar en Lago Agrio, Ecuador, y nuestros militares eran quienes lustraban las botas a los abogados de Texaco. Eran los sirvientes de los abogados y técnicos. Tanto así que por influencia de los abogado de Texaco, el Jefe de Inteligencia Militar  de Radio 24, hizo un informe confidencial de inteligencia militar en el que decía que los pueblos cofanes y campesinos iba a secuestrar a la gente de esta empresa transnacional norteamericana en una inspección judicial. Todo eso lo hicieron con el fin de que se suspendan las inspecciones y para eso fueron capaces de dañar la imagen de nuestros pueblos.

Pero cuando llegan acá, se encuentran con un sistema jurídico bastante bueno, jueces honestos y capaces que no se han dejado llevar hasta ahora por actos de corrupción, y la gente que está vigilante de su juicio constantemente. Todas estas cosas obviamente les chocó porque hora no pueden manejar jueces, ministros, gobiernos como antes lo hacían.

Si se obtiene una sentencia favorable para Ecuador esto fortalecería no sólo nuestra soberanía sino también el sistema jurídico ecuatoriano. ¿Confía en que el sistema de justicia actual pueda intervenir en este sentido?

Pienso que sí, indudablemente todos sabemos las falencias que tiene el sistema de justicia de nuestro país, pero creo que los jueces han entendido que este juicio es la imagen del Ecuador a nivel internacional. Si en este juicio actúan con transparencia, con honestidad aplicando la ley y siendo justos, el sistema de justicia ecuatoriano queda fortalecido a nivel externo y demuestra que tiene capacidad y puede hacer las cosas bien. Sin embargo no podemos descuidarnos, sabemos el poder que tiene Chevron, pues económicamente tiene un presupuesto impresionante. Sólo en el año 2008, pese a la crisis mundial, ganaron líquidamente más de 24 mil millones de dólares. Entonces tenemos que estar vigilantes para que aquí se haga justicia. Confío en eso, pero también en la capacidad de vigilancia de la población.

La actual Constitución, fuerte en contenidos ambientales, ¿puede ayudar a evitar daños y perjuicios a la naturaleza en un futuro?
No basta con tener un marco jurídico extraordinariamente bien hecho o ambientalmente bueno. Creo que junto al marco institucional bastante bien elaborado deben trabajarse las leyes secundarias. Junto con todo esto necesitamos ingresar a un sistema agresivo de educación ciudadana. Necesitamos educarnos todos y todas, pero también las empresas acerca de los problemas ambientales y el respeto a los derechos humanos. Podemos tener un marco jurídico extraordinario pero si no tenemos educación ciudadana, esto no va a funcionar. También necesitamos un fortalecimiento institucional del Estado ecuatoriano en su capacidad de control. Necesitamos fortalecer al estado institucionalmente en su capacidad de control. Si tenemos un control adecuado, si las empresas van a saber a qué tenerse, no van hacer lo que hacen. La otra cuestión es un cambio de actitud de todas y todas, incluidas las empresas. He dicho siempre como ciudadano, no me opongo a la actividad extractiva, básicamente el petróleo, porque sino hubiera simplemente estas lámparas se apagan, el micrófono, en fin… pero otra cosa es plantear otra alternativas de energía eficiente y suficiente. A lo que yo me opongo es a la forma perversa de cómo se extraen los recursos que es distinto. Creo que si las empresas actuaran con responsabilidad ambiental y social y los estados con su capacidad institucional de control otra cosa sería. A eso hay que llegar.

¿Qué está sucediendo con otras empresas que se dedican a la extracción petrolera en el país?
Creo que desde el año 90 hasta ahora hay un avance significativo, indudablemente hay mucho que hacer. Ahora que si comparamos lo que hizo Chevron Texaco, con lo que hoy hacen otras empresas incluida Petroecuador, las cosas son distintas. Algunas empresas ya no arrojan  las aguas contaminadas a los ríos, ya no queman el gas de forma indiscriminada y antitécnica como lo hizo Texaco. Aunque perdamos algún rato el juicio, que estoy seguro no va a ser así, por justicia y equidad ya hemos ganado bastante. Hemos incidido para cambiar algunas cosas en el país, y falta aún muchísimo por hacer. Lo que hemos dicho es que queremos terminar rápido este juicio porque queremos empezar otros, incluido los de Petroecuador.

¿Cuál es la principal crítica a Petroecuador?
Aún no corrigen las técnicas de operación en el tratamiento de las aguas tóxicas, por ejemplo, y lo que se hace es tratar de ocultar algunas fallas en lugar de solucionarlas. Tenemos testimonios de todo esto.

En el año 2007 recibió un reconocimiento de la CNN en español y en el año 2008 recibió el Premio Goldman. ¿Cómo aporta esto para el proceso judicial que llevan adelante?
En diciembre del 2007 fue el premio de CNN y en abril de 2008 el premio Goldman que es considerado como el premio nobel en ambiente. El prestigio del segundo es realmente grande e impresionante. Ambos tienen un enorme reconocimiento en la comunidad estadounidense En el caso nuestro ayuda muchísimo porque es interesante y necesario que la población norteamericana conozca qué hacen sus empresas fuera de su territorio porque a veces no se mide, no se piensa, ni analiza que sucede más allá de sus fronteras para traer energía y petróleo a su país. Lo que sucede es que tienen un doble estándar, en Estados Unidos manejan unos parámetros con otros estándares sociales y ambientales y fuera de Estados Unidos otros completamente distintos. ¿Por qué?, ¿acaso la población de nuestra Amazonia vale menos que la población norteamericana? Eso es porque Ecuador les permitía hacer una inversión barata y tener enormes ganancias económicas. Si aplicaban todas las técnicas de cuidado ambiental, las ganancias probablemente se disminuían considerablemente. Lo que queremos es que la población norteamericana conozca esa realidad.

En estos años ha tenido que combinar la lucha política con la formación profesional. ¿Cómo han sido estos años?
Es una historia larga, pero cuando uno está convencido de lo que hace, creo que no hay obstáculo difícil. Llegué a la Amazonia en el año 87 y pude ver  todo el año que había en las calles de la Amazonia con petróleo, piscinas en cualquier sector. Vi como la gente sufría y ante eso dije hay que hacer algo y empezamos en esos años con la Iglesia Católica con los padres capuchinos a movilizarnos y buscar respuestas para la gente porque la empresa manejaba todo. No había autoridad que no estuviera controlada por la empresa, la gente estaba indefensa completamente. Entonces me tocó combinar estudios y trabajo para sobrevivir. Implicó tomar decisiones desde el principio, enfrentar cada reto y hacer todo esto por amor a la vida. Esto ha implicado sacrificar la familia. También he tenido problemas gravísimos como persecuciones y amenazas. Son cosas que marcan gran parte de la vida, pero decidimos seguir pase lo que pase.