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Boletín Spondylus

Méndes: Gracias a Lula, el 56% de la población está en la clase media


Publicado: 12-10-2011

Por Fernando Andrade C.
Editor del Portal

El docente brasileño Candido Mendes de Almeida visitó el país para asistir a la inauguración de la Cátedra Brasil-Comunidad Andina, que se realizó el mes de julio de este año, en donde fue nombrado Profesor Honorario.
 
Mendes de Almeida tiene una destacada carrera en el sector público y educativo del Brasil. Su aporte mayor se ha consagrado al desarrollo de la ciencia, la cultura y la investigación científica, en Brasil y en el exterior. Fue profesor de la Escuela Brasileña de Administración Pública de la Fundación Getúlio Vargas, en la Facultad de Derecho Candido Mendes y en la Facultad de Ciencias Políticas y Económicas de Río de Janeiro. De igual forma fue profesor visitante en diferentes universidades del mundo.
 
Candido Mendes tiene gran número de artículos, ensayos y libros publicados. Se destacan las obras sobre nacionalismo y desarrollo, un agudo análisis de los gobiernos Fernando Collor, Fernando Henrique Cardoso y, especialmente, el gobierno Lula, además de los ensayos publicados en el ámbito de las conferencias de la Academia de la Latinidad. 
 
En esta entrevista abordamos un tema al cual le ha dedicado algunas publicaciones, la presidencia de Luiz Inácio Lula da Silva. 
 
¿Cuál ha sido el papel que ha jugado el presidente Lula en el desarrollo económico de Brasil?
Ha sido una posición de un gran protagonismo innovador en tres sentidos. En primer lugar por desligarse de América Latina teniendo en cuenta de que Brasil es por excelencia la nación africana de la región, es una nación negra, y no se dan cuenta de eso y de nuestra imbricación cada vez mayor con África. El presidente Lula lo entendió perfectamente. Sabemos que el viejo mundo se distanció de África.
 
En segundo lugar, la preocupación muy grande de responder a la gestión de la nueva naturaleza económica de Brasil. Brasil es un país donde es cada vez más relevante la relación de intercambios exteriores, de un enorme mercado interno de 192 millones de habitantes y que se enlaza en términos de correlaciones con los BRIC, es decir con otros enormes países, con enorme población interna y por eso mismo ligadas a su propio mercado y a su propio dinamismo.
 
En tercer lugar fue una preocupación muy grande del presidente Lula responder a ciertas integraciones, a ciertos elementos de las minorías brasileñas, por ejemplo, la sirio-libanes que demandaba la viabilidad de nuestra posición en el Oriente Medio y de ahí nuestra posición sobre esa región y sobre todo el decisivo apoyo al Irán. En este sentido no nos damos cuenta que Israel tiene la bomba atómica y que es necesario asegurar el equilibrio en el lugar sin que las Naciones Unidas pueda condenar la información y la cautela de los dos polos. Esta fue la posición del presidente Lula, por ahí se justifica la aproximación muy grande que Brasil tiene con Irán. 
 
Algunos pensadores han afirmado que Brasil es el único país en el que tuvo un éxito relativo la implementación de la políticas de Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI). ¿Qué influencia tuvo este modelo en la actual situación económica de Brasil?
El modelo ISI es el clásico de hace 50 años. El modelo del llamado plano de metas, después del primer impulso de la presidencia de Getulio Vargas con una economía en favor de la infraestructura con la explotación del petróleo y la siderurgia, creó las condiciones básicas para que el implante social se pueda ver y es a partir de ahí que tuvimos con Kubitschek la industrialización vertiginosa de Brasil. Después de eso tuvimos una regresión de esta materia, no solo por el golpe de estado militar. Después fue muy claro que Brasil aceptó con Fernando Enrique Cardoso el Consenso de Washington y la privatización creciente de la economía. Fue este modelo que se alteró con Lula y a partir de ahí se produjo la intervención del Estado en la economía y sobre todo el avance de la entrada nacional en la economía de mercado. Con la llamada “bolsa familiar”, en los últimos 10 años, 18 millones de familias o lo que es igual 50 millones de brasileños llegaron a la economía de mercado. A partir de esto se entiende el empuje que esto dio a un país de 192 millones de habitantes: bajamos muchísimo el porcentaje de los sin nada y hoy podemos decir, siendo el mayor orgullo del presidente Lula, que el 56% de la población brasileña está en la clase media.
 
A pesar de ello se ven todavía cifras preocupantes en cuanto a las asimetrías sociales.
Las asimetrías están, aunque el resultado final es el número impresionante del 56% en la clase media. Con la explosión de la prosperidad basada en el capitalismo tuvimos, al mismo tiempo, la concentración de los más ricos, así que Brasil vive en esta situación donde los más  pobres crecieron muchísimo y los más ricos también. Esto quiere decir que prácticamente se duplicó en diez años el porcentaje de la renta nacional de los 10% más ricos.
 
Este es posiblemente el gran desequilibrio que está en contrapartida de este avance de la clase media. Esto va a exigir de la presidenta Dilma una medida muy importante que es los impuestos sobre las grandes fortunas. Con este impuesto la situación debe cambiar necesariamente y el proceso de redistribución debe continuar al mismo tiempo. Lo que pasa es que la concentración de los más ricos avanza más que la media del ingreso nacional. Esto también hay que entender que los más ricos no son muchos y esa población de 190 millones de habitantes se beneficia de ese nuevo ritmo de la dinamización del desarrollo brasileño.
 
¿Cuál es el papel de Brasil en los procesos de integración sudamericanos?
Ahí hay varias paradojas y contradicciones. En primer lugar la contradicción entre la Comunidad Andina y el Mercosur, en el Mercosur sobre todo por la dificultad de la actividad económica conjunta con Argentina y sus dificultades actuales de desarrollo. En segundo lugar hay que ver también la manera como ha llevado Brasil la cooperación, prefiero hablar de cooperación más que de integración porque me parece que hay ahí una cierta ilusión. Brasil es demasiado grande para que toda tentativa de integración se comience a pensar como un imperialismo o una dominación. ¿Cómo conseguir una integración entre partes no simétricas en este conjunto?

Lo interesante es que Brasil en estas políticas de cooperación está avanzando bastante en el sentido de un trabajo conjunto. Por ejemplo las cooperaciones en la Amazonía, sobre todo con Ecuador, Colombia y Perú, han avanzado bastante en cuanto a las alternativas de ocupación del territorio con una cautela ecológica, la preocupación de evitar el narcotráfico y sobre todo conseguir que en esta región a partir del nuevo proceso de urbanización haya una mayor integración con los países fronterizos. El caso del enlace de Rondonia con Bolivia me parece bastante importante.

La tercera cuestión importante es que Brasil está tomando una posición de no abusar de su dominación con los países y economías más pobre en este sentido. Por ejemplo, está renegociando toda la cuestión de Itaipú con Paraguay y, a partir de ahí, pasando a Paraguay los resultados de lo que estaba presupuestado por el primer tratado como rentas brasileñas, y la Petrobras está teniendo una posición prácticamente asistencial en el auxilio a Bolivia. Así que son varias formas de cooperación que se están desarrollando en esta situación. Lo que tengo duda es que esto puede pasar de la cooperación a la desintegración.