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Boletín Spondylus

Guillermo Bustos: --La Primera Junta del 10 de Agosto no buscaba la independencia--


Publicado: 14-07-2008
Guillermo Bustos es el director del Área de Historia de la Universidad Andina. Él es organizador del coloquio Bicentenario de la Independencia de América Latina, que se realizará entre el 21 y el 23 de julio de 2008. En esta entrevista realiza un breve análisis de los acontecimientos independentistas y nos comenta algunos detalles de coloquio.

¿Qué importancia tiene la celebración del bicentenario del 10 de Agosto?
El tema de la Independencia tiene una doble importancia. Por un lado, es el proceso a través del cual colapsa la monarquía católica-española y crea las condiciones para que se organicen un conjunto de Estados republicanos que a lo largo del siglo XIX se van a convertir en nuevas naciones. Por otro lado, la Independencia ha jugado el papel de un mito fundacional para todos estos países. Dicho esto, podemos evaluar la trascendencia que los acontecimientos del 10 de Agosto de 1809 han tenido en la vida de nuestros países.

En este sentido, el evento que convoca el Área de Historia busca promover la reflexión histórica sobre lo que ocurrió hace 200 años y quiere asumir el desafío de repensar estos acontecimientos a la luz de los nuevos desarrollos de la historiografía latinoamericana y española porque es un proceso que tiene que ambos lados.

Hay una tendencia que resta importancia al 10 de Agosto de 1809 por no haber consumado la Independencia y exaltar la fecha del 9 de Octubre de 1820. ¿Cómo se analiza desde la historiografía esta discusión?

"La Independencia ha jugado el papel de un mito fundacional
para todos los países de Latinoamérica."

Tanto la que exalta el 10 de Agosto como la que exalta el 9 de Octubre forman parte de una misma manera de comprender el pasado. Básicamente tiene la intención de celebrar estas gestas desde una perspectiva épica.

El análisis historiográfico toma distancia de esas perspectivas y eso no significa que restemos importancia al 10 de Agosto ni al 9 de Octubre. Más bien lo que busca, en el entendido de que son fechas que nos remiten a acontecimientos significativos, es interrogar esas fechas desde las preocupaciones de ciudadanos, hombre y mujeres, del siglo XXI.

La idea es no quedarnos aprisionados por una tradición que sin duda es importante; no podemos seguir pensando como se pensaba hace 100 años en la Independencia. Tenemos el desafío, como universidad, como investigadores, como docentes, de interrogar de nuevas maneras esos acontecimientos. Entonces me parece que ahí se explicita esas lecturas anteriores con las lecturas que hoy queremos realizar.

¿Esta discusión de la importancia del 10 de Agosto sobre el 9 de Octubre qué influencia tiene en la formación del futuro Estado ecuatoriano?
Estas fechas hacen relación a acontecimientos que ocurrieron en momentos en que el Ecuador no existía como tal porque el Ecuador es una creación del siglo XIX como Estado Nacional. Esto que ocurre en lo que hoy es el Ecuador ocurrió en todos los otros países: los pronunciamientos tuvieron una base de ciudades y pueblos, y estos reclamaron ejercer un tipo de liderazgo sobre su entorno regional.

En el caso de Quito, el pronunciamiento de la Primera Junta, el 10 de Agosto de 1809 no recibió el apoyo de Guayaquil y Cuenca, ni de Pasto y Popayán. Igual cosa ocurrió en la Audiencia de Charcas sobre el pronunciamiento de la ciudad de Sucre frente al de La Paz. De manera similar estas reacciones ocurrieron entre Cartagena y Santa Fe de Bogotá. Esto demuestra que ninguna ciudad estaba predestinada a ser la capital de los siguientes Estados. Las ciudades tenían que luchar por mantener esa centralidad que les otorgaba ser capital de una Audiencia.

¿Qué influencia tuvo el 10 de Agosto en el resto del continente?
Lo que ocurrió en Quito, en 1809, podemos entenderlo en dos sentidos. Por un lado es una reacción similar a la que se produce en otros espacios: se organizaron Primeras Juntas en la Península Ibérica y se van a organizar a lo largo de 1810 y 1811 otras juntas a lo largo de América del Sur. En este sentido, todas estas intervenciones participan de una misma cultura política.

En otro sentido, la reacción de Quito es peculiar porque eso va a suscitar, meses más tarde, el apresamiento de una buena parte de sus participantes, la mayoría de ellos pertenecían a la elite local y que al año siguiente van a ser asesinados. Esos acontecimientos van a colocarle a Quito en un lugar especial en el contexto de ese periodo.

Cuando uno analiza las proclamas de la Primera Junta Suprema de Gobierno de Quito, no encuentra un argumento que diga claramente que buscan la separación de la metrópoli, como no lo tenían en otras ciudades. Sin embargo, lo que si se encuentra son indicios de que Quito buscaba autonomizarse de Bogotá y Lima, que eran las sedes virreinales vecinas. Me parece que esa Primer Junta busca fundamentalmente un espacio autonómico de esas sedes bajo el justificativo que tuvieron la mayoría de juntas: “Por el Rey; por Dios y la religión, y por la Patria”.

Si bien no buscaron de manera explícita una ruptura con la metrópoli, estos primeros acontecimientos condujeron con el paso del tiempo a una independencia que no era buscada inicialmente. De esa manera podríamos hacer justicia a esos acontecimientos que fueron de singular importancia.

¿Cuál es el objetivo del coloquio Bicentenario de la Independencia de América Latina que organiza la Universidad Andina?
En el coloquio lo que queremos, en primer lugar, es informarnos e informar sobre las experiencias de organización de estas Primeras Juntas en diversos lugares del mundo andino. Esto nos va a permitir acercarnos a una visión comparativa porque la mayoría de estos estudios están encerrados todavía dentro de los linderos de cada país de cada región.

Este de lo que conocemos es el primer esfuerzo que se hace de poner en perspectiva estas juntas desde una convocatoria hecha en la región andina. Han existido otras convocatorias de eventos académicos sobre las primeras juntas hechas en otros lugares del mundo; pero esta la primera que se hace desde la región andina.

Tenemos una participación muy interesante que involucra las experiencias de Venezuela, de Colombia, de Perú, de Bolivia, de Ecuador y también de España. Hay una participación muy rica de casos y, desde luego, una muy interesante contribución de colegas de distintas nacionalidades que han venido investigando esto en los últimos años.

"La proclama de la Junta Suprema del 10 de Agosto de 1809 buscaba la autonomía de Quito frente a  Bogotá y Lima."

¿Qué expositores vienen al coloquio?
Vienen expositores con amplia experiencia de investigación. Estoy hablando de Heraclio Bonilla, cuya obra fue muy importante en el inicio de lo que se conoce como la nueva historia del Perú. Vienen Inés Quintero y Edda Samudio que nos van a remitir a la experiencia venezolana. De la experiencia colombiana hablarán Alonso Valencia, que ha hecho trabajos sobre la Audiencia de Quito y ahora nos trae trabajos sobre Cali; Isabela Restrepo sobre Santa Fé; Rodrigo García sobre Antioquia. Para el caso ecuatoriano tenemos la contribución del Taller de estudios sobre la Independencia, que la organizamos en el Área de Historia hace unos dos años. De España viene nuestro querido colega Juan Marchena y también otro colega que trabaja sobre Cartagena, José Luis Belmonte.

Hemos diseñado en las tardes un programa pensado en la difusión para profesores de Historia, investigadores, público interesado, investigadores en Ciencias Sociales, estudiantes universitarios, que incluye la realización de una conferencia magistral y luego un panel con cuatro o cinco invitados.

¿Cómo se divulgarán los resultados del coloquio Bicentenario de la Independencia de América Latina?
El propósito del coloquio es producir un libro que recoja las ponencias de este encuentro y para eso esperamos que la discusión, las observaciones, las preguntas, las respuestas enriquezcan lo que cada uno trae como su investigación. Y esperamos publicarlo el próximo año.