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Boletín Spondylus

Desigualdad, educación, reactivación económica y Estado en una etapa pospandemia


Por: Alexis Oviedo

Transcripción: Salomé Tejada

Edición del video: Fernando Andrade

Edición del texto: Sofía Tinajero Romero

 

Alexis Oviedo, docente del Área de Educación, entrevista a Javier Olivera investigador en el Instituto Luxemburgo de Investigación Socioeconómica. En este espacio, recorren algunas de las problemáticas actuales, en un panorama después de dos años de pandemia. La entrevista se centra en algunas aristas de la desigualdad como efecto de la pandemia.

Javier Olivera es economista por la Pontificia Universidad Católica de Perú. Tiene una maestría en Economía por la Universidad de Essex en Reino Unido, y un doctorado por la Universidad Católica de la Lovaina, de la sección flamenca.

 

Cuéntanos, ¿cuál es tu función dentro del Instituto Luxemburgo de Investigación Socioeconómica?

Ahora mismo estoy en Bélgica, pero yo trabajo en Luxemburgo, en el Luxembourg Institude of Socio-Economic Research (LISER), es un instituto público, donde hacemos investigaciones académicas y aplicadas, sobre temas que tienen que ver con la economía, la sociedad, la geografía. Yo me dedico más, sobre todo, a temas académicos, que tiene que ver con estudio de la desigualdad, pensiones, vejez, tanto en Europa como en América Latina.

La pandemia es un fenómeno que afectó mundialmente en diversos frentes, sobre todo en el frente económico. Si en el capitalismo había ya desigualdades, con la pandemia estas de acrecentaron. Grandes corporaciones se enriquecieron más durante estos años y muchísimas pequeñas unidades se detuvieron.

¿Cómo verías tú el fenómeno de la desigualdad, quizás de una manera general y una particular, en Latinoamérica?

Es una pregunta importante y bien amplia, había obviamente niveles de pobreza grandes, desigualdades grandes, pero la pandemia lo que hizo fue desnudar y hacer una especie de zoom en algo que ya existía. Era algo que ya existía, pero como no había una crisis, no había esta magnitud, de alguna manera la gente convivía con esas cosas.

Pero ahora con esta pandemia, lo que se vio en muchos países fue que la gente menos educada, la gente pobre, la gente tal vez que tenga menos acceso al sistema de seguridad social y de salud, fue la que más se murió, en términos relativos, con respecto a personas tal vez que estaban en mejor posición. Y eso es algo que tiene que ver con la desigualdad, es decir, no tener los medios suficientes como para poder protegerte de un shock de esta manera y que otras personas sí lo tengan, habla mucho del tipo de sociedad en la que estamos viviendo.

Entonces, la pandemia de alguna manera ha ayudado a sacarnos la venda de los ojos en algunos casos, y ver todo esto que sucedía, incluso también con problemas de migración interna, pérdidas de empleo en el sector urbano. En el sector rural, menos, pero igual se castigó bastante.

En el primer tema que tú me mencionaste Alexis, sobre que esta pandemia también ha ayudado a ciertos grupos a mejorar su posición económica, es cierto. No solamente a nivel de corporaciones, porque obviamente se seguía facturando, había servicios que seguían existiendo, de alguna manera siempre están dando productos a la economía y que necesitamos consumir. Por ejemplo, servicios tipo alimentos, supermercados, en fin, pero también servicios financieros.

Al mismo tiempo, dentro del mercado laboral, también había algunas personas que tenían trabajos, que podían desarrollarlos desde casa, desde la comodidad de tu sala, de tu escritorio, con un ordenador. Pero había gente empleada en puestos de calificación menor, que no podían hacer eso. Entonces, son ellos los que más han sufrido las consecuencias de la pandemia.

Entonces, estas primeras personas incluso han podido ahorrar, porque no han tenido que gastar en transporte, no han tenido que gastar en vestimenta, en fin. Y han ahorrado, sus sueldos se han mantenido. Pero estas otras personas de sectores castigados, por ejemplo, comerciantes, comerciantes ambulantes o gente que tenía que físicamente laborar, han perdido ahorros, han perdido sus trabajos. Entonces, las brechas que existían antes se han agrandado.

Una dimensión es esta, por tipo de ocupación. Pero también hay otras dimensiones, como, por ejemplo, la dimensión de género. También son las mujeres las que más han sufrido la pérdida de ingresos en la pandemia; gente del sector informal y jóvenes. En algunos países, ya se ha empezado a dar alguna recuperación, pero claro eso es lento. Eso es un golpe muy grande, tanto a nivel de pobreza como también en términos de desigualdades.

No sé si esto satisface tu inquietud, pero obviamente hay otras dimensiones, es decir, no solamente la de género, la del trabajo.

Lo que tú nos estás contando de estas diversas variables que inciden también, ¿cómo se ha visto en la región andina o en el Perú, que es uno de los más importantes países tanto por población cuanto por PIB, en la región andina, y con la que guardamos similitudes?

Claro, además, es mi país. He podido seguir de cerca la situación del Perú. Durante los últimos años, ha ocurrido una caída de la tasa de pobreza, no solo en el Perú, sino fue algo generalizado en América Latina. Pero con la pandemia, con la pérdida de trabajos y todo esto, lo que ocurrió es regresar a las estadísticas de hace 10 años. Es decir, si la tasa de pobreza hace 10 años era del 30%, y justo antes de la pandemia era del 20%, entonces hemos vuelto otra vez a ese 30%. Es decir, se ha detenido la caída de la pobreza y se ha, incluso, regresado a niveles muy altos, eso ha pasado en el Perú, en otros países también.

Pero, lo bueno es que algunos países, unos más que otros, reaccionaron a tiempo y crearon una especie de programas sociales de emergencia, que justamente trataron de ayudar a la gente que más lo necesitaba, gente del sector informal o gente calificada como pobre.

Lamentablemente, en el Perú, esa acción del gobierno fue un poco tardía y tampoco ayudó que no se sepa bien quiénes eran los pobres. O sea, a quiénes iba a ir la ayuda; no había un registro actualizado de quién es esa gente que necesita más urgentemente la ayuda. Entonces, eso demoró mucho que llegue la ayuda a esas personas, pero finalmente, cuando uno ve las cifras de cómo es la pobreza ahora y cómo sería sin esas ayudas del gobierno, o sea nos damos cuenta que sí, que han ayudado bastante a detener el aumento de la pobreza.

De hecho, creo que algunas de las labores más importantes de cualquier Estado es justo proteger a los más vulnerables. Lo malo es la velocidad; no fue yo creo lo suficientemente rápido en el caso del Perú. En otros países les fue un poco mejor en ese aspecto.

Pero ese es el lado de los paliativos, como se le conoce, cosas de muy corto plazo, de repente no tan bien diseñadas pero necesarias. Pero también hay otras políticas que son un poco más de mediado plazo, que es ya la política tributaria. Es decir, cómo tratar de conseguir fondos, recursos, para justamente, financiar estas ayudas o reducir la pobreza o reducir la desigualdad. Esos son, por ejemplo, los impuestos que se han ido creando.

Hace poco estaba leyendo los impuestos a la riqueza que se generaron en Argentina y en Bolivia. Justamente, la lógica de estos impuestos era ayudar a combatir los costos económicos de la pandemia, porque al final del día en la economía está el dinero, pero la distribución a veces, es lo que importa mucho: dónde está, de dónde sacamos para financiar, a quién o qué cosas o cuándo. Entonces, estos impuestos me parecen interesantes, porque de alguna manera tratan de combatir la desigualdad y, además, ayudan a financiar estas ayudas para los sectores más vulnerables.

En otros países, en Colombia también hay este tipo de impuestos y me acuerdo que, en Ecuador, tú debes saber mejor que yo, me parece que intentaron crear el impuesto a las herencias, hace como diez años o menos, pero, me parece que fue, sobre todo, la clase media o clase alta que protestó, y finalmente no se lograron ese tipo de impuestos.

Sí, precisamente pues en Ecuador, exactamente en el año 2015, se planteaba el impuesto a la herencia, un impuesto también que fue mal interpretado o usado a favor de clases dominantes para incluir a la clase media diciéndoles que también les afectaba a ellos. Y pues, al final, en la administración del anterior presidente, se derogó totalmente. De hecho, en Ecuador los impuestos favorables que mencionas el caso argentino y boliviano, no se dieron, se dieron una serie de medidas, más bien, para despedir a los trabajadores.

¿Cómo verías tú el tema de la reactivación económica en cuánto a la educación? La pandemia generó distorsiones en la educación, pero desde la economía y la educación, desde la inversión, desde los procesos para impedir su caída, ¿cómo observas en la tendencia mundial economía y educación post-pandemia?

Sí, de hecho, el sector educativo ha sufrido mucho, Perú ha sido de los últimos países en volver a clases presenciales, entonces las disparidades que existían antes de la pandemia, por ejemplo, acceso a la escuela, acceso a internet, ese tipo de cosas eran grandes y luego la pandemia fue peor, porque los niños no podían aprender, digamos, no tenían acceso al internet para seguir las clases, por ejemplo, viven lejos de las escuelas, en cambio, niños de los sectores urbanos o digamos obviamente con mejores ingresos se podían acceder.

La pandemia ha tocado bastante a esta generación, de hecho, ahí hay un par de años prácticamente perdidos, yo creo que aquí es el Estado, quien va a tener que finalmente entrar a hacer una especie de actualización rápida y proveer a esta generación de las herramientas, skills necesarios para poder hacer un catch up, como un aprendizaje rápido de lo que no pudieron hacer.

Porque si no todo el mundo sufre, por un lado, es un punto de vista individual, personal no poderte educar adecuadamente, pues obviamente puede truncar tus propias aspiraciones. En segundo lugar, la economía también sufre, porque son dos años, o sea es un montón de gente que va a ir al mercado laboral y no va a tener las herramientas necesarias que necesitan varios mercados para trabajar bien.

Entonces, todo el mundo sufre con esto y es el Estado, desde un punto de vista, el que va a tener que financiar esta actualización en la educación, darles mejores skills a estas adolescentes, niños que no se han podido educar bien.

Me imagino que, en Bélgica, Luxemburgo, Francia, sociedades herederas de un estado de bienestar, pues, quizás, no eso se da, pero en nuestras realidades de Perú, Bolivia, Colombia, Ecuador, ¿cómo ves la intervención de Estado en esto, hace lo que tú sugieres o en la práctica no mucho?

No, obviamente no. A mí me parece que la educación, la salud, la seguridad social, son labores fundamentales de un Estado, sin embargo, en América Latina y en otros países también hay esta idea que viene más de la ideología neoliberal, de que el Estado debe reducirse, debe ser muy pequeño y que estas actividades son más mercantiles, es decir, el sector privado debería proveerlas, el Estado solo regular, pero claro eso es como ya en estos tiempos 2022, eso ya es una cosa que no debería existir.

Hay mucha documentación académica, probando que la intervención del sector privado no puede solucionar todos los casos y el mercado educativo y de salud o seguridad social son muy especiales, son bienes públicos.

Entonces, es ahí donde es el Estado, finalmente, el que tiene que invertir más y eso sucede, obviamente, en estos países de Europa, que estoy viviendo aquí, obviamente en Bélgica, Luxemburgo, como dices tú hay un estado de bienestar grande, en América Latina no necesariamente, en algunos países si, obviamente Costa Rica, Uruguay, son distintos de países como Perú, tal vez o Colombia, donde la ideología neoliberal calzó de una manera mucho más fuerte, en Ecuador no lo sé, tal vez, también tú debes saber mejor que yo.

Estamos ya dos periodos con neoliberalismo duro. Brevemente, tus palabras finales, algo que quisieras subrayar para los lectores de Spondylus.

Gracias por la oportunidad de hablar de estos temas. Creo que esto siempre, desde un punto de vista académico uno tiene que estar abierto a todas las opciones que existen y no casarse con nadie, sino, simplemente ser lo más objetivo posible, analizar, obviamente las cosas, los pros y contras. Y eso es de alguna manera lo que yo siempre trato de hacer en mi investigación y bueno comunicarlo, obviamente, no se trata de que estemos en una torre de marfil, sino, también de comunicar estas cosas, a través de estas entrevistas, podcast, de escribir, y bueno te agradezco la oportunidad que me das para poder hacer esto.

Muchas gracias Javier Olivera por esta entrevista, hasta la próxima.