Entrevista: Fernando Andrade C.
Editor del Portal

Transcripción: Silvia Coral
Periodista de Relaciones Públicas

Su campo de investigación es la comunicación escrita. Dentro de este ámbito de estudios, el profesor español Daniel Cassany ha publicado varios libros como Describir el escribir, La cocina de la escritura, Reparar la escritura, Cómo escriben bien los que escriben, entre otras publicaciones.
 
En la actualidad, Cassany es profesor titular de "Análisis de discurso en la lengua catalana", en la Universidad Pompeu Fabra y es profesor invitado a los programas de posgrados, por varias universidades del mundo. Hace poco participó en el Encuentro de Reflexión sobre la Enseñanza de la Lectura y Escritura, que se llevó a cabo en esta Universidad.

Las culturas latinoamericanas se caracterizan por un fuerte predominio oral. ¿Esa larga tradición oral es una barrera para el adecuado aprendizaje de la lectura y la escritura?
No, yo no le veo así, todas las culturas empiezan siendo orales y llega un momento en que desarrollan tecnologías escritas y, a partir de aquí, las funcionalidades del lenguaje. El hecho de que haya una fuerte oralidad no hay que verlo como una dificultad sino que puede ser una riqueza, habría que ver con qué formas de oralidad se trabajan y se practican fuera de los ámbitos escolares y cómo estas se relacionan con las prácticas de lectura y escritura.

Hoy sabemos que determinadas formas de oralidad están muy relacionadas con los inicios de prácticas de lectura y escritura, por ejemplo, escuchar cuentos y narraciones, que hacen los niños de primaria.

En la actualidad, con Internet, las fronteras entre lo que es oral y escrito están muy difusas, porque anteriormente, la escritura sí era un tipo de comunicación planificada, muy formal, más descontextualizada, pero hoy podemos escribir de manera más espontánea, interactiva, contextualizada con la acción, por ejemplo, en un chat, en mensajes de texto, en un foro simultáneo; entonces no lo vería como una oposición sino como una suma.

Dentro de la práctica cotidiana se considera que escribir bien es una cualidad de los escritores o de los hombres de letras. ¿Hay algo de cierto en esta especie de excusa o es un subterfugio para ocultar los problemas de la enseñanza de la lectura?
Hay muchas cosas dentro de la idea de que la escritura es algo literario y que solo escriben bien los literatos. Hay algunas cosas que hay que combatir con datos científicos. Lo primero es aclarar que vivimos en una comunidad letrada, donde escribimos y leemos todos, no es posible llevar una vida plena, moderna utilizando todos los recursos y posibilidades que ofrece nuestra comunidad si no sabemos leer ni escribir. A diario leemos y escribimos muchas cosas que nada tienen que ver con la literatura como las instrucciones para comprar un boleto en el metrobús, las especificaciones que incluye la leche descremada u otro producto, leer el periódico, las instrucciones para utilizar una cámara fotográfica, etc. Y cuando hablamos de formar lectores también hablamos de formar personas que sean capaces de resolver estas tareas fundamentales en el día a día.

Otra idea que subyace a la afirmación, de que la escritura es básicamente literaria, es la que se escucha de que escribir es una habilidad innata, que tú naciste con la capacidad de ser un gran escritor, eres un Gabriel García Márquez, entonces eres un buen escritor y si no naciste con ese prodigio no sabes escribir… eso también es muy simplista y falso.

La escritura es una técnica, una habilidad, una práctica social y también es un arte, pero no hay que confundir las cosas; se puede hacer una metáfora muy sencilla con otros ámbitos como conducir un coche y no hay que ser un Fernando Alonso o un piloto de Fórmula Uno, tú solo tienes que circular por Quito, Guayaquil u otra ciudad, sin producir accidentes, llegando al destino a buen tiempo.

Con la lectura y escritura es más o menos lo mismo, lo que no aspiramos es a tener muchos García Márquez porque tampoco va por ahí la cosa, lo que queremos son ciudadanos que puedan resolver sus tareas de lectura y escritura, que sean capaces de explicar sus puntos de vista, un texto escrito en un blog, una carta, un periódico y que lo entiendan en su comunidad, que puedan decir lo que piensan de un tema conflictivo de la actualidad, de un modo sencillo y claro y eso no necesariamente implica ser un gran escritor ni dominar las figuras literarias.

¿Cómo enfrentar la práctica de la lectura y escritura en los niños cuando, de alguna manera, están sometidos a estímulos visuales que provienen de la tecnología y, en consecuencia, el libro se halla ante una competencia desigual?
Los libros no son los únicos artefactos con los que leemos y escribimos. También leemos y escribimos en la calle, leyendo rótulos, utilizando mapas, las pantallas del móvil para buscar una dirección en la agenda, para buscar una localización con el GPS, leemos carteles instrucciones, en los trabajos y en la educación manejamos muchas computadoras y portátiles. Entonces, las formas de leer y escribir son muy diversas, no hay que centrarse solo en el libro, no hay que entender que la computadora u otras formas audiovisuales van contra el libro, más bien son otras formas de incluir la lectura y escritura y que conviven con el libro.

Al ver un programa de televisión puedes leer, en la parte inferior, titulares de noticias urgentes, es decir que lo escrito convive con lo audiovisual, con la imagen, así nos encontramos con lo que llamamos textos multimodales. Pero tenemos que entender que leer y escribir no es solo una destreza mental, una habilidad que consiste en poder decir las cosas en voz alta, poder devolver a la oralidad unos signos gráficos escritos. Leer y escribir es una cosa mucho más amplia que incluye esto pero también contiene más cosas, es reconocer que el mundo en el que vivimos está lleno de artefactos que tienen unos símbolos y que estos artefactos sirven para conseguir cosas. Por ejemplo, tú escribes una carta para pedir algo y envías al periódico para que te la publiquen y a partir de ello consigues que otras personas sean conscientes de este hecho. O completas un examen en la universidad, apruebas una materia y consigues pasar de curso o escribes un proyecto pidiendo dinero a una organización que da becas y vas a estudiar dos años a Europa y todo dependen de las capacidades que tengas para manejar estos artefactos y de conseguir lo que se propone con ellos.

La manera en que las personas vean la importancia de escribir es desde los inicios, ver que los niños envían una postal a un conocido que está en otra ciudad, que por el chat envían unas palabras a un primo que está en Europa y recibe una respuesta inmediata, que pueden leer un libro donde se habla de animales fantásticos y de cosas imaginativas, todo eso sirve para darse cuenta que esta tecnología -que es la escritura con todos los artefactos- son herramientas útiles para desarrollar distintas formas de vida, distintas prácticas sociales que les hacen más felices y que les permite acceder a muchas cosas que son provechosas para ellos. Es importante que los niños perciban eso, desde cuándo van al parvulario y en el perchero ven su nombre donde está su bata, a partir de eso se dan cuenta que esos signos sirven para leer.

En la medida en que los niños son capaces de decodificar las habilidades para comprender un instrumento, a partir de ahí, los chicos sienten interés por la lectura y escritura porque lo ven como algo importante en su vida que les permite crecer y desarrollarse. Si por el contrario, en sus casas no tienen acceso a los textos escritos porque es una familia que no tienen libros ni computadora o es una familia con poca alfabetización, al llegar a la escuela se encuentra con un montón de prácticas que para él no tiene ningún sentido, entonces puede ser que no sienta ningún interés.

En este contexto, ¿cuál es el papel del docente y de los padres?
El docente y los padres son mediadores en esta tarea. La escuela tiene a su cargo el aprendizaje más formal de determinadas habilidades de la lectura y escritura, el profesor es la persona que tiene más conocimientos técnicos y, por lo tanto, puede detectar dificultades y aportar soluciones. La escuela es el centro especializado, para eso tiene libros y planificaciones para desarrollar de una forma adecuada y yo creo que la función que tiene el maestro es poder identificar los perfiles de cada niño, las lenguas que habla, los intereses que tiene, lo que sabe y no sabe, y poder darle los elementos que requiere para ir avanzando en esta línea.

El papel de la familia también es importante. Leer y escribir no es solo cosa de la escuela es de todos los ámbitos. De hecho, hoy con las pantallas es mayor la importancia que tienen la lectura y la escritura fuera de la escuela. Hoy se lee y se escribe más fuera del ámbito escolar académico o laboral que lo que hacíamos antes porque estamos más enganchados a las pantallas. Entonces, el papel de los padres es relevante fomentando, desde los inicios, que los chicos estén en contacto con los cuentos, con muchas ilustraciones y con pocas palabras, luego novelas infantiles y juveniles. Es importante que los padres y las madres cuenten cuentos cuando van a acostar a los niños, desarrollar el hábito de interés por las historias, las series. Del mismo modo, hay que hablar de lo que se lee, así como cuando se comenta un partido de fútbol, podemos hablar de lo que se ha leído, de lo que dicen las páginas de Internet, los amigos que han conocido en Facebook, las novedades que han aprendido, todo eso es leer y escribir también. En la medida en que se convierte en un tema de conversación en la cena, la familia contribuye en el desarrollo de la lectura y escritura.

¿Qué cambios proponen a la lectoescritura estos nuevos escenarios que ofrece la tecnología?
Con la llegada de las computadoras, las portátiles, los móviles, Internet, las redes, el cambio es tan importante como lo fue con la imprenta, es una revolución tecnológica, es un antes y un después, y aún estamos en los inicios de esos cambios. Cambian las maneras de leer, leemos géneros distintos, leemos más superficialmente, surgen formas de escritura dialectal, informal, como los textos del chat que es una forma descuidada que no respetan las normas de ortografía.

También cambian las personas con las que puedes leer y escribir. Antes podías hacerlo con la gente de tu entorno, tu familia, tus vecinos, ahora tienes a todo el planeta, puedes leer cosas que se han publicado en Filipinas, en Guinea, en cualquier país de América Latina porque el español es un idioma muy desperdigado. Un adolescente puede comentar abiertamente sobre Crepúsculo con personas que ni conoce pero que lo van a leer y empiezan a interactuar en la red. Estos niños son totalmente diferentes de lo que éramos nosotros, ahora estos chicos tienen amigos repartidos en todo el mundo y muchas experiencias que contar, tienen una cultura diferente a la que teníamos nosotros, muy local, la de ellos es global y desperdigada.

Finalmente, ¿qué es escribir bien?
Pueden ser muchas cosas, escribir bien es comunicar bien, con eficacia, pero también pueden ser cosas distintas dependiendo de qué es lo que quieres decir, a quién quieres decir, porqué canal, de qué manera. En algunos momentos, escribir bien puede ser escribir absolutamente de manera incorrecta un mensaje muy creativo, de la forma más sorprendente y original a un grupo de amigos, un mensaje que sea irreverente, anormativo pero que tiene una gran eficacia porque tus amigos lo entienden perfectamente.
 
En otros momentos, escribir bien puede ser dar un examen con todos los puntos que pide el profesor en forma correcta y ordenada. En otras ocasiones escribir bien puede ser una carta con una declaración de amor y hacerlo de una manera original, bella y literaria.

Escribir bien significa muchas cosas, no hay una única manera, quizá antes se decía que escribir bien era escribir difícil, barroco, complejo, empleando palabras raras, yo creo que hoy, los valores están cambiando y escribir bien significa llegar a la mente, al corazón, cuantas menos palabras se usen mejor, mientras más rápido se dé el mensaje es mejor.