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Boletín Spondylus

Albert Mora: --Hoy en Europa se permiten violaciones de derechos con los inmigrante--


Publicado: 14-11-2010

Por Andrea Calderón
Estudiante de la Maestría de Estudios de la Cultura

 

Albert Mora trabajador social y sociólogo, profesor asociado en el Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universidad de Valencia España, visitó Quito para asistir al Foro Social de las Migraciones, celebrado recientemente.

Este académico fue invitado por la Universidad Andina Simón Bolívar para compartir con la comunidad un conversatorio en torno a inmigración, salud y convivencia, tema del cual se desprenden tres ejes: exclusión social planificada que opera en los países de acogida; tópicos en torno a la inmigración y la salud, vista desde los efectos que el proceso de exclusión planificada conlleva, y finalmente los modelos de convivencia y su traslación en términos de servicios públicos y sanitarios.

¿Cuál es el motivo de su presencia en nuestra Universidad?
Fundamentalmente ha sido el de aprovechar la convocatoria del Foro Social de las Migraciones y también la puesta en marcha de un proyecto de investigación en nuestra universidad en Valencia, un proyecto sobre integración y exclusión entre población inmigrante de España que incluye una parte de comparación con otros Estados. Nuestra intención es conocer el trabajo que hace aquí el Programa Andino de Derechos Humanos y también explorar líneas de colaboración con ellos en relación a los temas que ahora estamos investigando desde allá en el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Valencia.
 
Y en ese marco comparativo, ¿qué características ha encontrado hasta ahora?
De algún modo el fenómeno de la migración es bastante distinto aquí y allá. Los migrantes que recibe, por ejemplo, Ecuador y el tipo de migrantes que recibe España y las problemáticas o los retos que salen en cada Estado con respecto a la migración. Pero, por otro lado, estamos muy vinculados porque una gran parte de la migración ecuatoriana tiene o ha tenido, fundamentalmente hace unos años, como destino el Estado español. De ahí la importancia de conocer un poco más de cerca el origen de la gente con la que estamos trabajando en España y ampliar un poco el análisis de lo que es la inmigración de ecuatorianos y ecuatorianas a nuestro Estado.
 
¿Y cómo ha sido o qué propuesta están realizando, por ejemplo, frente a la transformación de la identidad en las dos comunidades, en la ecuatoriana y en la española, a partir del proceso migratorio que se está produciendo?
Lo que tratamos es trabajar a nivel práctico y a nivel teórico en la generación de modelos de integración que permitan una mejor convivencia, entre la población autóctona y la población extranjera.

En España, una de las poblaciones con las que menos “problemas” hay a nivel de convivencia es con la población ecuatoriana. En general en España, a pesar de que el racismo está incrementándose y por supuesto la población ecuatoriana está sufriendo mucho de eso, tenemos otros colectivos que están mucho más estigmatizados. Entonces cuando en España trabajamos la cuestión de los prejuicios y la convivencia, lo hacemos en relación a todas las nacionalidades y a todos los grupos étnicos que conviven. Pero con la población ecuatoriana, en general, el nivel de convivencia es mejor que con otra población que proviene del Magred o de África, donde los problemas de convivencia por la distancia cultural son mayores: la lengua, en algunos casos, e incluso la religión o los vínculos culturales que por diversas razones unen a Latinoamérica con España, hacen que la convivencia no sea tan difícil como con otros grupos étnicos.

¿Cuáles son las principales patologías que genera el fenómeno migratorio a nivel social?
Más que generar una patología es incrementar una ya existente, que es desde mi punto de vista, la de la sociedad moderna, del capitalismo avanzado, de la lucha por los recursos, la competencia extrema y la vulneración de los derechos humanos. En Europa la vulneración de los derechos humanos, desde que acogemos a población inmigrante y sobretodo los últimos años,  llega a cuotas que no se llegaba con la población autóctona. Hoy se permiten con la población inmigrante violaciones de derechos que no se harían jamás con un autóctono. Entonces yo creo que la principal patología es una patología social, una patología estructural, una patología del sistema y no, como muchas veces se dice en nuestros estados, una patología de los inmigrantes.

Probablemente los problemas manifiestos, al menos que se han detectado por estudios bastante rigurosos en España y en Europa, los principales problemas tienen que ver con el desarraigo, con la precariedad socioeconómica y con los efectos en la salud sicosocial que sufren las personas que migran por necesidad, no por placer.

¿Cómo se modifica la idea de frontera, entendida como límite entre un país y otro, con el fenómeno de la migración?
En un momento en el que estamos, de avance de la globalización, donde supuestamente las fronteras las marca el mercado, la libre demanda, la libre oferta, etc. Las mercancías circulan cada vez con mayor libertad, aunque tampoco es exactamente así, puesto que las personas circulan cada vez con mayores restricciones, cada vez hay más fronteras, no solamente las fronteras físicas, sino también las fronteras simbólicas, una frontera firme entre el “nosotros” y el “de fuera”, que es una frontera que no simplemente es una frontera social, es también una frontera jurídica, porque el que es de “nosotros” tiene unos derechos y el “de fuera” tiene otros.

Y las fronteras cada vez se consolidan en nuestros estados, pero además está todo el fenómeno de externalización de fronteras, por lo cual se subcontrata el control de las mismas. En Europa, por ejemplo, ahora las fronteras para llegar a Europa, digamos desde el continente africano, ya no están en el estrecho o ya no están en el sur de España, en Celta ni en Melilla, sino que están en los estados de tránsito y en los estados de misión donde con dinero europeo la agencia FRONTEX, que es una agencia europea de control de fronteras, lleva sus efectivos militares a los países del sur y están patrullando lugares donde ellos no tienen soberanía. Con el fin de externalizar la frontera, y dar paso sólo a aquellos inmigrantes que nosotros consideramos que son útiles a nuestra sociedad, los demás hay que hacer lo imposible para que no lleguen.

¿Es decir que, de alguna manera, si se pretende cambiar el impacto negativo que está teniendo el fenómeno migratorio se debería apuntar a transformar las leyes que rigen internamente las sociedades?
El fenómeno migratorio se está gestionando muy mal, y tiene efectos negativos sobre todo para los migrantes, pero el fenómeno migratorio está generando muchos beneficios a las sociedades de acogida de hecho. Por ejemplo en mi estado, en España, no hay un solo estudio que demuestre que la inmigración haya supuesto, por ejemplo, una carga al sistema público porque los migrantes aportan más impuestos que los que finalmente consumen en prestaciones, ni que hayan incrementado la delincuencia. En fin, todo lo que se atribuye de negativo a la migración en muchos casos no existe, y los efectos negativos casi siempre los vive no la sociedad acogedora, sino la propia población inmigrante, y claro ahí lo único que lógicamente se puede hacer para transformar esto y armar una sociedad cohesionada, multicultural, etc., es, en primera instancia, garantizar la igualdad de derechos, es decir que hubiera unas leyes que permitan al que viene “de fuera” sentirse de dentro porque no se le puede exigir a alguien que se integre cuando, al mismo tiempo, se le está ubicando planificadamente en una situación de vulnerabilidad.

¿Desde la academia cuál sería el reto a llevar a cabo?
El reto es todo el conocimiento que generamos, todo aquello que investigamos que muchas veces se queda en nuestros pasillos, en nuestros despachos, en nuestros grupos de colegas etc, en un tema tan sensible y tan importante como es éste, el tema de la gestión de la inmigración. Creo que el reto de la universidad, al menos las universidades que conozco más en Europa, es acercar nuestro trabajo a la sociedad civil, a la opinión pública, a las organizaciones sociales, a los movimientos sociales para poder articular estrategias conjuntas de investigación y acción que permitan gestionar de una manera más positiva la migración.

Próximamente la entrevista en video, en el canal Youtube.