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Enrique Ayala Mora: &#34Integrar las integraciones ya existentes&#34

22 de julio, 2015

Por Silvia Coral
Periodista de Relaciones Públicas

Acerca de la integración suramericana, el rector de la Universidad Andina Simón Bolívar, Sede Ecuador, Enrique Ayala Mora, hace una reflexión partiendo desde diversos escenarios en juego, la CAN, Mercosur y Unasur.

Se trata de la quinta entrevista de este especial periodístico sobre "El futuro de la CAN", que ha recogido los criterios de varios académicos expertos en materia de integración, y que son docentes o especialistas invitados por esta casa de estudios.

El doctor Ayala Mora –a manera de resumen- se refirió a la situación actual de la Comunidad Andina, su perspectiva de continuar avanzando hacia la integración suramericana, sus fortalezas internas, su institucionalidad y los logros que ha alcanzado desde su creación.

¿Cuál es su apreciación del panorama actual de la CAN?
Débil y confusa. La Comunidad Andina está atravesando una etapa de dificultades y tropiezos en el cumplimiento de sus objetivos, no desde ahora sino desde cuando Colombia y Perú suscribieron Tratados de Libre Comercio con los Estados Unidos, que rompieron el esquema de la unión aduanera de la CAN y, por otra parte, desde que Venezuela decidió retirarse. Esos dos elementos debilitaron enormemente a la CAN.

Ahora tenemos un dato adicional, el anuncio de Bolivia de su solicitud formal de pertenencia al Mercosur; es decir, un país estaría en dos procesos de integración, en dos uniones aduaneras, en dos mercados comunes, lo cual es inédito. La CAN, sin embargo, sigue siendo necesaria, este es un tema que sobre todo los ecuatorianos deberíamos entender. La CAN no es algo de lo que podamos prescindir fácilmente, es una convergencia de relaciones, de compromisos, de avances que se han dado durante más de 40 años que, efectivamente, han significado un aporte para el país y para todos los países que componen la Comunidad y que tiene que proyectarse hacia un marco de integración más amplio.

Se conoce que la CAN estaría trabajando en un marco normativo que permitiese a los países miembros pertenecer a dos o más procesos regionales de integración a la vez. ¿Cómo mira este reordenamiento jurídico?
Parece ser la única salida viable el admitir que Bolivia pueda pertenecer a dos procesos, eso se lo puede ver como una concesión, como un mal menor o también como una oportunidad para acelerar el proceso de integración suramericana, eso podría obligar a los países tanto del Mercosur como de la CAN a acelerar sus compromisos integracionistas en los diversos marcos que existen en el continente y, de esta forma, ir consolidando efectivamente la integración suramericana.

La integración suramericana no es solamente un discurso, no es solamente crear a Unasur, no es solamente haber llegado a suscribir los tratados y mantener esto que de momento sigue siendo un foro y un espacio de acuerdos puntuales sino darle a ese proceso una consistencia que permita la efectiva confluencia de los dos procesos reales de integración en uno solo, lo cual puede durar algún tiempo. No hay que olvidar que la Unión Europea actual se llamaba Comunidades Europeas porque eran fruto de varios tratados sucesivos y, en algunos casos, sobrepuestos, que al fin fueron construyendo un proceso unitario, pero que al principio eran desiguales en cuanto a los compromisos, a la participación de los países, y que luego fueron integrándose dentro de un marco común.

¿Qué tipo de convergencias en el ámbito económico, político, tecnológico u otros habría que encontrar entre los estados miembros para llegar a una complementariedad que consolide la integración?
Ese proceso de complementariedad existe en buena medida. Se ha impulsado el comercio entre los países en forma realmente importante y no solo porque estamos el uno al lado del otro sino porque se han dado condiciones efectivas dentro de los tratados de integración para que ese comercio se dinamice. Las facilidades que se han ofrecido en nuestros países han rendido su fruto. Lo que hay que hacer es avanzar en ese marco y encontrar uno más amplio para incluir a otros países de América Latina, de Suramérica especialmente, que permitan que paulatinamente vayan confluyendo los procesos de integración. Lo que nos ha faltado es una estrategia global, a parte de las buenas voluntades, que permita esa confluencia efectiva de los procesos de integración en un objetivo que es la integración suramericana.

Dado el panorama político actual, ¿usted cree que Venezuela vuelva a adherirse a la CAN?
Eso ha sido algo que se ha planteado, que incluso en los medios de comunicación de la oposición de Venezuela se lo ha mencionado varias veces, pero a estas alturas lo que creo más importante es que debe considerarse a la CAN como un eslabón de la integración suramericana, como también lo pensó Germánico Salgado.

El canciller de Perú, Roncagliolo manifestó que la reingeniería de la CAN apunta a situar a este organismo como un referente para una integración más grande que es la suramericana. ¿Con que herramientas se podría fortalecer a la CAN y constituirse en un eslabón para esta integración?
Yo creo que lo que el canciller Roncagliolo ha dicho debería ser nuestro gran objetivo, es decir, encontrar la fórmula mediante la cual, efectivamente, la CAN siga funcionando y avanzando como un eslabón de la integración suramericana. Ahora ¿cómo? Eso implica voluntad para hacerlo porque me temo que la CAN, en los últimos años, ha visto prácticamente como un peligro de su extinción la posibilidad de la ampliación del Mercosur o de la consolidación de Unasur, que son dos alternativas distintas.

Veo que la propia CAN tiene recursos internos que permiten que ese proceso avance, por ejemplo, se ha estudiado la posibilidad de coordinar y de ser posible fusionar las jurisdicciones de los tribunales del Mercosur y de la CAN.

¿Se ha planteado una reunión periódica permanente con compromisos concretos del Parlamento del Mercosur y del Parlamento Andino? ¿Hay una reunión de consulta periódica cercana de las dos secretarías?
La respuesta en todos los casos es no, es decir todavía estamos en el plano de hacer declaraciones y estudios de prefactibilidad, no hemos dado pasos concretos. Si tenemos constituido un Parlamento Suramericano que no sea un tercer organismo sino la integración de los dos más Chile -que ya está en el Parlamento Andino- habremos avanzado sistemáticamente, lo mismo referente a los tribunales, desde luego las reuniones de la Secretaría, de manera que, los propios instrumentos que utiliza la CAN y que también tienen los otros órganos de integración puedan ser instrumentos no para excluir países sino para integrar países. Por ejemplo, en el marco de la integración suramericana pueden hacerse compromisos que ya no pueden suscribirse sino en la Unasur y, desde luego, la Unasur tiene que trabajar con la CAN y el Mercosur precisamente en esa línea. O ALADI, que es lo que quedó del original esfuerzo de integración latinoamericana. ALADI puede ser un espacio de compromisos de los países de Suramérica, precisamente para avanzar a la integración, hay que ser heterodoxos, no esperar que el organismo se constituya en función sino que tratemos de crear condiciones reales para los cuales los organismos son precisamente un vehículo.

Usted habla de integrar las integraciones ya existentes, mas no de desintegrar…
Efectivamente. No se puede pensar que para hacer la integración suramericana haya que desmantelar al Mercosur y a la Comunidad Andina o destruirlas, como parecía que fue el objetivo de Chávez sobre todo con la Comunidad Andina, y comenzar desde cero con Unasur porque eso nos haría retroceder 40 años. Lo lógico es que aprovechemos los avances realizados, la institucionalidad que ya existe, las experiencias y compromisos que ya existen para ampliarlos y avanzarlos en un proceso que implica integrar procesos que ya están siendo integradores.