Desde enero de este año la Universidad lleva adelante el proyecto de investigación “Dinámicas socio espaciales, memoria socio histórica y patrimonio cultural del Centro Histórico y parroquias rurales del Distrito Metropolitano de Quito”. 

Este proyecto se enmarca dentro del convenio interinstitucional de la Universidad Andina con el Instituto Metropolitano de Patrimonio.

Si bien mantiene un carácter interdisciplinar, esta investigación está animada por el esfuerzo de reconsiderar el pasado de la ciudad de Quito, en la segunda mitad del siglo XX, desde los instrumentos de consideración de la historia urbana y el estudio del patrimonio cultural. En estas dos vertientes se ubican, como objetos de estudio, las parroquias rurales del Distrito Metropolitano de Quito (33 parroquias), los barrios del Centro Histórico (13 unidades barriales) y los conventos de clausura masculinos y femeninos en ese mismo espacio de la ciudad.

Uno de los propósitos del proyecto es ofrecer un análisis profundo de los impactos del manejo del patrimonio cultural en espacios habitados que concentran dentro de sí repertorios de objetos patrimoniales monumentales, para discutir en clave histórica su apropiación social y cultural, en un enfoque que atiende de manera primordial las tensiones inherentes al manejo de las áreas históricas en cuanto a su uso, su preservación y aprovechamiento con propósitos turísticos. “Dejar de pensar el patrimonio desde una visión monumentalista y pensar más bien en una visión social y humana”, afirma Santiago Cabrera, coordinador del proyecto y docente del Área de Historia de la Universidad.

Una de las fundamentales preocupaciones de la investigación gira en torno a las parroquias, a los impactos que tienen los procesos de urbanización de dichas realidades. Procesos que “desbaratan” dinámicas sociales y económicas preexistentes, imponiendo otros tiempos de vida y señalando nuevas formas de relacionarse con el espacio y con la producción cultural e inmaterial de dichas poblaciones. Otro aspecto a considerarse en estos espacios es el de la emigración que, como sabemos, intercala formas culturales y sociales de vida que vienen a adaptarse a los ritmos parroquiales de vida.

“En ese mismo orden de cosas, nos proponemos estudiar qué ocurrió con la planificación urbana de Quito en la segunda década del siglo XX, cuáles fueron los esfuerzos que lograron cuajar, qué tipo de visiones sobre el patrimonio cultural se instalaron como discursos oficiales, qué procesos se tornaron problemáticos y qué miradas se tuvo de la población frente al manejo del patrimonio histórico”, señala Santiago Cabrera.

El proyecto, que tiene previsto finalizar en diciembre de este año, está conformado por tres equipos interdisciplinarios de investigadores (antropólogos, historiadores, geógrafos históricos, comunicadores y estudiosos de patrimonio) : el primero realiza un “Diagnóstico del desarrollo urbano del Centro Histórico desde sus implicaciones socioespaciales y sus modelos de crecimiento”, liderado por el geógrafo francés Henri Godard, con el apoyo de José Tupiza.

El segundo equipo realiza un “Estudio histórico social de los barrios del Centro Histórico y de las parroquias rurales del DMQ”, constituido por dos grupos de investigadores y asistentes de investigación. El grupo de Barrios lo integran Sophia Checa Ron, María Ángela Cifuentes, Raúl Zhingre, Hugo González y Tatiana Salazar. El segundo grupo, que atiende las parroquias rurales está integrado por Patricia Bonilla, Natalia Yépez, Diego Paladines, Silvana Cárate y Patricio Pilca.

Y, finalmente, el tercer equipo se enfoca en el “Estudio de orden patrimonial de las prácticas y saberes populares inscritos dentro de las dinámicas sociales que integran barrios y conventos del Centro Histórico de Quito”, y lo conforman Sylvia Benítez, Marilú Vaca y Gabriela Pavón. El proyecto cuenta con el apoyo de María Fernanda Lovato, como asistencia académica.

Hasta el momento ya se han presentado dos informes y los resultados del proyecto servirán para la gestión del patrimonio a la actual administración municipal y para producir  un atlas del patrimonio inmaterial de la ciudad de Quito.