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Estudiante de cambio climático propone trabajar en economía circular para dar solución a la problemática de la basura

23 de marzo, 2021

Por más de una década, Walter Bustos ha trabajado enfrentando el problema de los desechos sólidos, principalmente en Galápagos. Su interés le llevó a estudiar dos programas de especialización superior en el Área de Ambiente y Sustentabilidad de la Universidad Andina Simón Bolívar.

De esta manera, logró juntar su preocupación ambiental con su vocación por los estudios. Durante su gestión como Director del Parque Nacional Galápagos, vio cómo llegan a las costas de las islas, grandes grupos de basura plástica. Basura incluso de productos con etiquetas de otros países, que llegan a las islas. A eso se suma la experiencia de haber visto animales que morían con el estómago lleno de basura plástica. 

Por ello, el Instituto de Altos Estudios para el Desarrollo de Ginebra -donde también fue estudiante- publica un artículo en donde Walter Bustos desarrolla una propuesta que fortaleza la economía circular en torno a los desechos sólidos, y que es además el tema que desarrolla en su monografía. A propósito de este artículo, de su paso por la Universidad y de su permanente interés por el medio ambiente, presentamos una entrevista.

Lleva varios años enfrentando desde el ámbito laboral los conflictos de la basura. ¿En qué momento surge la decisión de buscar un estudio de posgrado y entrar a la Universidad Andina Simón Bolívar?

A mí me gusta mucho estudiar, me gusta investigar. Yo entré al programa de cambio climático y pensaba hacer una investigación sobre los océanos, pero con todo este  antecedente y también como estuve como Director de Gestión Ambiental de la Prefectura, tenemos este mismo inconveniente: el poder generar licencias ambientales a municipios, a juntas parroquiales, y saber que no hay una alternativa directa para resolver el problema de los botaderos de basura, el problema de los rellenos sanitarios, el ver que cada relleno sanitario, más que sanitario es un foco de infección, es un foco de contaminación. 

Entonces, esto es lo que me llevó, primero a cambiar mi tema de tesis, y segundo, a enfocarme en la investigación sobre este tema. Es parte de la gestión ambiental. En la Universidad estudié dos especializaciones superiores, la una en Gestión Ambiental y la otra en Políticas de Cambio Climático, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos. 

¿Qué aportes le proporcionó la Universidad para concatenar el estudio con lo que ya venía haciendo? 

Uno de los ejes temáticos que se estudia y que es muy interesante tiene que ver con los gases de efecto invernadero. Estos gases, particularmente el metano, son los que más destruyen la dinámica natural de la atmósfera, Co2, metano, etc. y hay algunos compuestos que se forman.

Esto discutimos en clase. En los botaderos de basura, cuando la basura se pudre, generan metano. Y tenemos entonces focos generadores de metano que son urbanos y que están muchas veces con todos los requerimientos ambientales, pero están ahí, mal manejados, y formando gases de efecto invernadero. 

Esta es una consecuencia más de este problema que tenemos: son fuentes de emisión de gases. 

En su artículo, usted plantea que la economía circular pudiera colaborar a disminuir esta contaminación y el calentamiento global 

Yo partiría ahí de dos cosas. La una es explicar qué beneficio nos genera la economía circular, y lo otro es el por qué estamos generando basura. Partiría del segundo; estamos en una sociedad de alto consumo, hiperconsumo. Es como una de las debilidades que tiene el capitalismo y también el socialismo. Ambos sistemas se sustentan en consumo y se sustenta en el descarte.

Países tan pequeñitos y complicados económicamente como Haití con serias dificultades socioeconómicas, financieras como Ecuador, o países africanos, tienen exactamente el mismo problema que países altamente desarrollados, que no saben qué hacer con la basura, porque como no es un problema visible, la gente no está dispuesta a reclamar, teniendo otras prioridades. Caso concreto, Quito. Es un distrito metropolitano que tiene 100% de sus grandes ríos -que son cuatro o cinco- y sus vertientes contaminados. 

Tenemos un pésimo sistema de tratamiento de nuestros propios desechos humanos urbanos, y todo eso va al occidente, hacia Esmeraldas. Y como no nos importa qué les pase, a las otras sociedades por las cuales atraviesan los ríos, parece que aquí no pasa nada y hemos eliminado el problema. No, el problema está. También sucede con la basura. 

Yo no he visto marchas, grupos masivos o tomas de la ciudad, protestas, por el tema de la basura. Porque en El Inga se entierra. Con cierta tecnología, con ciertas adecuaciones, pero seguimos enterrando la basura. Enterrar la basura es una práctica que acompaña a la humanidad por los últimos 300.000 años. 

¿Qué problemas trae enterrar la basura?

Varios, desde el punto de vista ecológico. La basura enterrada es superpuesta a las lluvias, normalmente lo que les pasa a las celdas donde suele depositarse la basura, es que esto rebosa. Todos los líquidos, los lixiviados que se generan por la basura, que además no es bien separada para poder enterrarse en tierra, lo mismo que orgánico, lo mismo que inorgánico, lo mismo que plásticos, lo mismo que vidrios, aplastado y cubierto con una capa de sedimento de tierra; cuando llega la lluvia, desborda esas piscinas, caen, contaminan las fuentes hídricas, contaminan capas feriátricas en donde se concentra agua de buena calidad, y esto se va filtrando, y nuevamente va a los ríos a las fuentes de descarga. 

O sea, es como canalizar la contaminación, pero que vaya desde abajo

Emanación de olores, de los gases, y es ocupar grandes espacios de tierra para seguir tapando esta basura.

Es un ejercicio de prioridad que tiene que darle un alcalde que busca una reelección, que busca su impacto político, impacto de gestión: invertir en recursos que sean atractivos, como el metro de Quito. 2500 millones de dólares para un metro de Quito, solventar sin mayor problema y solucionar el tráfico de Quito -ojalá-.

Pero el peso de una inversión de lo que es una gestión de residuos sólidos y una gestión del trasporte, el peso no tiene punto de comparación. Y esto sucede en muchas ciudades. Incluso de países desarrollados, no logran todavía manejar bien sus rellenos sanitarios. No es por falta de plata, es por falta de esta prioridad que además tiene que darle la sociedad. 

Justamente en el artículo habla de la necesidad de un cambio de mentalidad. ¿Cómo cambiar la mentalidad para que también puedan cambiar las políticas?

El tema de la mentalidad viene acompañado de la economía circular. Nosotros tenemos esta lógica del botar, descartar. ¿Pero qué pasa con todos estos residuos que se generaron de la producción? Esta es la parte de la que se encarga la economía circular. Es decir, tú tienes que hacerte cargo de los desechos que estás produciendo. Aquí lo que hacemos es poner afuera los desechos, llega el carrito recolector y nuevamente va al hueco. 

Entonces, este cambio de mentalidad nos tiene que llevar a que la sociedad, en este caso el Ecuador, pero la sociedad latinoamericana –como hablo en el artículo- se proponga tener un poco más de conciencia sobre sus propios desechos, porque así como la fábrica, lo mismo tenemos en casa. Hacernos cargo de nuestros propios desechos, pero sabiendo que estos desechos no van a un hueco. 

Si nosotros tenemos una estructura de alta inversión en tecnología, en industria de los residuos sólidos, vamos a ver que esto que estamos botando, que esto que consideramos basura pasa a ser en realidad materia prima. Suecia recicla el 100% de sus desechos, orgánicos e inorgánicos. No desde este año, sino desde 20, 30 años. Y ha ido creciendo, mejorando su tecnología, su industria, sus sistemas públicos, privados, para poder invertir en el manejo de residuos sólidos. Resultan ser industrias muy rentables, porque además la basura es un elemento barato. 

Entonces se resuelve un dolor de cabeza para cualquier alcalde, cualquier municipio, permitiendo que este tipo de iniciativas, de industrias lleguen a las ciudades.

Las autoridades también tendrían que hacer una inversión para tener toda esta infraestructura tecnológica que permita reciclar todo

Inversión pública, pero además permitir inversión privada. Y por ello, además de cambio de mentalidad, hay que cambiar el marco jurídico que tenemos. Japón cambió su ley hace 20 años. Adaptó la ley europea del reciclaje a la legislación nacional; era una legislación normal como la nuestra de gestión ambiental. 

Pero se cambió a una ley de reciclaje, es decir todos los municipios tienen que priorizar plantas de tratamiento de residuos sólidos  y no los rellenos sanitarios, y no los botaderos de basura.  Eso tiene que estar acompañado con inversión pública, pero también inversión privada que es lo que se quiere.

Me parece que son 300 ó 400 millones de dólares de inversión que México tuvo para montar industrias de plástico PET. Que es lo mismo que invertir en la minería en este país. Ese es un punto neurálgico. Eso es importante porque aquí toma valor, toma realidad en el nivel de debate que en el país estamos.

¿Y el ámbito legal, cómo lo ve en Ecuador?, porque también menciona justamente que es necesario regular eso

Es suficiente, o sea hay que modernizarle a nuestro marco jurídico, migrar de una ley de gestión ambiental muy amplia, a una ley más específica sobre el reciclaje. Hay varios usos, además. En Japón, la mayor cantidad de basura la utilizan para la generación de energía calórica. Queman basura, pero esa quema de la basura va a generación de energía que ellos necesitan todo el tiempo. Y esa una forma de aprovechamiento –tal vez no es el mejor, ni el más ideal- pero es una forma de aprovechamiento que ese país necesita. No enterrar la basura, la vamos a combustionar, lo que es de poder altamente calórico como el plástico, pero no emanas emisiones, no sacas emisiones. Aprovechas esa carga calórica para la generación de energía

Son formas distintas de aprovechamiento. Acá ventajosamente tenemos infraestructura para sostener la energía que necesita el país, por lo tanto, la lógica sería empezar a reciclar. 

Te enseño este bloque, que es sólido. Es la mezcla de las partes no metálicas de un auto: llantas, plásticos, asientos, partes de los paneles. Esto lo hacen en México. Con esto se puede sustituir a la madera. Puedes dejar de cortar árboles milenarios, bosques enteros, bosques primarios, bosques de biodiversidad, bosques reguladores de agua, bosques reguladores de clima, bosques custodios de conocimientos ancestrales, bosques hogar de pueblos ancestrales, bosques vida, bosques agua, al cambiar la producción a plástico.

Al reciclar este tipo de elementos y dejar de cortar bosques, si somos un país de contradicciones, pero somos un país megadiverso, que ama la vida, pero seguimos depredando bosques, seguimos talando bosques, y nuestra tasa de deforestación es alta y tenemos la materia prima botada.

Para reciclar este tipo de elemento hacer esto, se genera un montón de empleo, porque se necesitan recolectores, trabajadores, personal técnico, personal especializado; gente que trabaje en la industrialización de esto, gente que esté en la venta de esto, gente que sepa construir con esto. 

Y también gente que aprenda a hacer este tipo de reciclaje, como los bloques que menciona

Se tiene que aprender a hacer esto, se necesita también gente que sepa hacer hornos para quemar esto, toneles para la basura, bandas transportadoras; se necesita un sistema urbano que debe ser construido, que debe ser edificado. Toda una industria que además genera empleo. Un país que se muere de hambre por no tener nuevas inversiones. Solo tenemos petróleo, minería, cacao, banano, que son industrias que nos llega por goteo.

¿Qué le falta al Ecuador para poder cambiar hacia ese tipo de lógicas?

Cambio de mentalidad. Que los municipios y el gobierno central se apropien de estos temas. La minería inversa es poder sacar los residuos que estamos generando y recircularlos en el sistema que tenemos. Entonces, un escritorio, pisos, paredes, casas podrían estar hechas en un 70% de estos bloques.

Se puede hacer en el país, hay tecnología suficiente, se requiere de inversión, se requiere de apertura, y en toda América Latina tenemos exactamente el mismo problema y las mismas fuentes. Por eso creo que este artículo les gustó bastante en Europa. Y hubo ese interés. 

¿Cómo fue el contacto con ellos?

Fue una invitación, me pidieron que escriba. Yo estudié en el Instituto de Altos Estudios para el Desarrollo de Ginebra. Y ellos tienen un sistema de seguimiento a los exalumnos. Me pidieron que escriba un artículo y les planteé este. 

Les gustó y lo publicaron. Vale la pena darle fuerza a esta propuesta, desde esta óptica. Vale la pena salir de ese discurso romántico. Aquí hay mucha economía; aquí hay recursos, aquí es donde se junta ese discurso ambiental de que trabajar en temas ambientales también puede ser productivo. Trabajar en temas ecológicos puede ser rentable. 

Otra cosa altamente generadora de empleo es la limpieza de los ríos, con tecnología, la limpieza del aire, etc. Entonces, hay que buscar. Todo se puede reciclar hoy en día: vidrio, papel, cartón, lata, obviamente el plástico, telas, lo orgánico.  Necesitamos una cultura y las nuevas generaciones tienen como más afinidad con estos temas. Necesitamos un liderazgo muy fuerte desde el gobierno, desde los municipios. Apertura a la inversión, apertura en la mentalidad también de las empresas tradicionales del país. Podríamos ser una empresa generadora tanto de maquinaria como de reciclaje, cuanto productos del reciclaje.

Además, también generaría empleos 

El empleo es el primer beneficiario. O sea, el  impacto en el empleo es importantísimo. Tengo unos cálculos de cuánto empleo generan personas, porque hay gente que trabaja directamente en una industria, en una fábrica, pero hay que abastece también de todos estos materiales. En Suiza, está tan arraigado el tema. Reciclan me parece que ya el 95%, pero la bolsita del té, le separan, botan el te en la bolsa de orgánicos, y la bolsa en inorgánico. Estamos a años luz en América Latina. Quito es una ciudad que mejor maneja sus residuos sólidos, a nivel de recolección, pero si vamos a ver cómo está nuestro relleno sanitario, Zámbiza, El Inga…

Nadie quiere vivir alrededor de un rellano sanitario. Obvio, porque es un dolor de cabeza, pero mucha gente estaría dispuesta a vivir alrededor de la industria del reciclaje, porque es empleo, y porque hay tecnología hoy en día que no genera ni lixiviados ni malos olores.

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