Conoce el campus universitario

Boletín Spondylus

Soberanía tecnológica y agroecología


Publicado: 16-03-2021

Por: Ana Lucía Bravo

Edición: Sofía Tinajero Romero

 

Frente a la crisis agraria marcada, entre otros temas, por la destrucción de los ecosistemas, la pérdida de la biodiversidad y los impactos del cambio climático, se presentan diversas soluciones. Una de estas es la agricultura 4.0, denominada también cuarta revolución industrial. Esta agricultura se basa en disponer de toda la información suministrada por la gran cantidad de sensores que pueden coexistir en una fina agrícola, centralizarla a través de internet, y permitir la toma de decisiones basadas en dicha información. Esto implica el uso de tres aplicaciones de manera complementaria: hardware, como por ejemplo maquinaria agrícola, robots, drones, sistemas de inteligencia artificial y nubes de big data. Software, como los datos genómicos, biología sintética, nuevas biotecnologías y también el sistema financiero digital.

Sobre este tema, Ana Lucía Bravo, profesora del Área de Ambiente y Sustentabilidad, entrevista a Massimo Di Marchi, profesor investigador de Geografía y Política Ambiental y director del Laboratorio GIScience del Departamento de Ingeniería Civil, Edil y Ambiental en la Universidad de Padua, Italia. En esta conversación, abordan el uso de la tecnología en este tipo de sistemas. Especialmente, lo relacionado con los sistemas de información geográfica, drones y otros en la agricultura.

Massimo, frecuentemente se presenta este tipo de agricultura como una forma sustentable. ¿Podrías contarnos cuáles son las diferencias de estas propuestas y la agroecología? ¿Y cuál es el papel de la tecnología en estos dos casos?

Se habla muchas veces de agriculturas, muchas agriculturas, diferentes tipos de agriculturas sustentables, o inteligentes, dentro de este marco de 4.0. Yo pienso que nos puede ayudar mucho un análisis y un mapeo de los tipos de transición que hay en la agricultura convencional y la agroecología. Es un marco que ha preparado Gliessman, que es uno de los mayores agroecólogos del mundo, y que ha sido formalizado de nuevo en una cumbre de agroecología que se ha tenido en Roma en la FAO 2014.

Gliessman diferencia cinco niveles de transición ecológica. Él llama al primer nivel “de eficiencia”. Es decir, que nosotros vamos a utilizar los insumos de la agricultura convencional de una manera eficiente, con un poco menos de agrotóxicos. Vamos a utilizar mejor el agua, vamos a utilizar mejor la energía que usamos en la maquinaria. Esta puede llamarse también sustentable, pero no es un agro de transición, porque es una nueva agricultura capitalista un poco más eficiente que produce un poco menos de impactos ambientales, pero no los anula. Tenemos el mismo modelo de agricultura. Entonces, todo lo que aparece lindo, bonito -porque hay esta tecnología- en realidad es un poco de reducción de impactos. Nada de cambio.

Después está el segundo nivel de transición, al que Gliessman llama la “sustitución”. Es lo que hace la agricultura biológica: en vez de utilizar insumos químicos, utilizamos insumos que son definidos por protocolos formalizados. Por ejemplo, hay protocolos en la agricultura biológica europea, o agricultura orgánica, la agricultura orgánica de Estados Unidos. Pero dentro de ese sistema, puede tener un campo sin árboles, sin verde, donde se produce comida que no tiene al final residuos químicos. Esto puede ser considerado biológico orgánico, pero todo ese sistema de nuevo vuelve dentro del gran poder del capital. Capital que se ha convertido ahora en una producción orgánica mundial con la misma manera. Hay empresas que producen insumos orgánicos para la agricultura orgánica. Ese es el segundo nivel de transición. En el que no hay nada de cambio. Es decir, un primero con más eficiencia, un segundo mucho más de sustitución.

Nosotros entramos solamente en una manera de cambio diferente cuando entramos al tercer nivel, que es el nivel básico de la agroecología. Es decir, producir dentro de los ecosistemas, donde hay que tener relaciones entre las plantas, los árboles, los ecosistemas fuera de la finca; el ecosistema que está dentro de la finca. Entonces, este es un cambio global, un cambio de perspectiva, un cambio de territorio, un cambio de paisaje. Este es el primer nivel de la agroecología, pero este no es suficiente. Si queremos un cambio más grande, tiene que crear una relación fuerte entre los productores de comidas y la gente que usan los productos. Es entre esta relación que no es solamente de mercadería. La comida no es solamente un producto económico; es un derecho. Entonces, los primeros dos modelos -la agricultura 4.0, la agricultura orgánica- no cuestionan estas cosas. Producen para el mercado. Aquí, en el nivel 4, nosotros entrábamos en una relación fuerte entre productores y ciudadanos y ciudadanas.

Pero el máximo nivel de transición, el nivel cinco, es donde hay políticas que favorecen el nivel cuatro y tres. Las políticas que favorecen al nivel uno y dos no son políticas de cambio. Entonces, agroecología es solamente cuando estamos en los niveles tres, cuatro y cinco. Todo lo que está en los niveles uno y dos no tiene nada que ver con cambio, no tiene nada que ver con derecho a la comida, nada que ver con el derecho de la naturaleza. Esta es la gran diferencia de la agroecología con todas las otras cositas que parecen interesantes, pero son una nueva forma, una nueva farsa, una nueva manera de articular el capital en la producción de los alimentos.

¿Podríamos hablar más sobre la agricultura de precisión y el uso de la tecnología, drones o sistemas de información geográfica en estos sistemas?

La agricultura 4.0, muchas veces llamada también agricultura de precisión, es una agricultura que utiliza mucho la tecnología. Ahora, el problema es que la tecnología no es solamente en el poder de la agricultura de precisión. El tema es que la tecnología tiene que ser democratizada, ser distribuida, ser utilizada también en agroecología.

Podemos utilizar drones, por ejemplo, para averiguar las condiciones de las culturas, para averiguar las condiciones donde los terrenos están más áridos o más húmedos. Podemos utilizar un sistema informativo geográfico para mapear también un sistema complejo como paisaje, las relaciones entre paisajes y fincas agroecológica.

El tema es que la tecnología al momento está en las manos de la agricultura 4.0. Como decimos, es una fase transicional porque la tecnología es democrática, puede ser democratizada, puede ser utilizada sobre todo ahora que tiene costos bastante bajos y es accesible.

Yo he trabajado en proyectos con agricultores que hemos ayudado a ellos a crear su sistema informativo geográfico para mapear su finca, también cómo integrar la finca con recorridos turísticos. Por ejemplo, una cosa que se desarrolló muchísimo en Europa es el agroturismo. Incrementa la producción y la calidad de vida de los productores integrando el turismo con la agricultura, sobre todo en el ámbito también de la agroecología.

Entonces, preparar mapeos, preparar un mapa que ayude a los turistas a entender cuál es la relación en la producción de comida en esta finca y las áreas turísticas que están cercanas, puede ser extremadamente interesante.

Entonces, estas son cosas que pueden ser democratizadas, que pueden ser utilizadas por parte de todos los agricultores, no solamente por los que están en el nivel uno.

Y ¿cómo se pude alcanzar, entonces, Massimo, esa soberanía tecnológica? Efectivamente utilizamos esos instrumentos de bajo costo que tú mencionas para apoyar concretamente la agroecología, pero también los procesos de transición.

El tema central es cómo se hace un proceso de creación de democratización de la tecnología y de soberanía tecnológica, que al mismo tiempo necesita una paralela soberanía alimentaria, una paralela soberanía energética, por ejemplo. Aquí el tema es cuáles organizaciones de la sociedad civil pueden ayudar, por ejemplo, a agricultores a empoderarse de herramientas tecnológicas. Pero la pregunta es cómo ayudamos también a los ciudadanos, las ciudadanas a empoderarse de la herramienta tecnológica que ya tienen en el bolsillo, como un teléfono inteligente, y que a veces  no es utilizado como un creador de contenidos, como una herramienta de cambio, sino como solamente un consumidor de contenidos ofrecidos por otros.

Entonces, hay un primer papel educativo de formación que puede ser no solamente institucionalizada de las universidades, sino una formación ciudadana continua que hay que compartir. Por otro lado, la integración entre universidades y organizaciones de agricultores y ciudadanos para empoderarse de esta tecnología, para ver que hay muchas soluciones que cuestan nada, que son gratuitas y que pueden darte montón de información. Estoy pensando en ejemplos muy simples. Nosotros tenemos imágenes satelitales, por ejemplo, de Estados Unidos, de Lacent de Europa dentro del programa Copérico Sentinel que son disponibles, que se puede utilizar para analizar el territorio.

Ahora estos son bienes comunes que las sociedades modernas han producido. Estos son bienes comunes. El problema es que muchas veces no se sabe que estas cosas existen y tampoco cómo utilizarlas. Entonces, yo pienso que compartir estos elementos, una cosa que nosotros vamos a hacer, por ejemplo, dentro de las maestrías y de las especializaciones de la Universidad Andina es democratizar esta tecnología, compartir esta tecnología. Dar mayor facilidad a las personas en el uso de esta tecnología. Pienso que este es un papel importante de la educación de la Universidad y también un nuevo papel de las organizaciones. Por ejemplo, yo veo que hay muchas organizaciones en la agricultura que debería tomar el papel de la soberanía tecnológica como un papel estratégico de trabajo, de formación, de trabajo político, de trabajo de vinculación de comunidad. Pero a veces esto no está completamente claro. Hay una idea de que esta tecnología es una tecnología mala, la usa solamente el capital, etc. No, esa tecnológica es democrática. Hay que utilizarla, como muchas otras tecnologías.

Entonces, hay que encontrar también quién puede ayudar en facilitar el uso de esta tecnología. Pienso que la relación entre universidades y movimientos sociales es extremadamente importante.

Ustedes realizan un trabajo importante en Italia, un trabajo de investigación de democratización de la tecnología. Te pediría que compartas con nosotros los ámbitos de ese trabajo.

Estamos haciendo diferentes tipos de trabajos, sea en ambiente rural, en el campo, sea en la ciudad. Trabajamos sea en agroecología, como mapeo, en construcción de indicadores de diversidad ecológica dentro de las fincas agroecológicas, por ejemplo. Mapear también cómo plantear el cambio agroecológico, cómo realizar esta transición número tres. Porque, por ejemplo, conocemos agricultores que quieren transformar la agricultura tradicional en agroecología. Empiezan con campos, con fincas que eran fincas convencionales, donde no había un árbol. Tienen que empezar plantando árboles desde el inicio, creado por ejemplo áreas húmedas, humedales. Esto tiene que ser planteado, tiene que ser mapeado, tiene que ser bien dibujado, y tener una plantación. Este es un apoyo que estamos dando.

Otro tipo de apoyo es mapear los impactos de la agricultura convencional con los ciudadanos. Mapear, por ejemplo, el uso de agrotóxicos, mapear la erosión, mapear el cambio de suelo cuando se saca un bosque para plantar monoagricultura de producción. Este es un campo donde estamos trabajando.

Otra cosa son actividades en la ciudad, donde hay áreas verdes, donde hay proyectos de recuperar áreas que son abandonadas. Entonces son algunos ejemplos donde la tecnología, la participación puede juntarse para crear una lectura mejor del territorio y facilitar el cambio.

Gracias, Massimo. Para nosotros es un honor que tú seas parte de nuestros programas. Quisiera pedirte un mensaje final para nuestra audiencia.

Pienso que la historia de la humanidad es una historia que tiene una larga duración con los bienes comunes. La acumulación de poder, la acumulación de capital se basa en la eliminación de los bienes comunes. Hoy los datos geográficos, la información son bienes comunes. Es importantes empoderarse de estos elementos y defenderlos, porque, de nuevo, en la eliminación de estos bienes comunes, se produce, por un lado, acumulación de riqueza y capital, por otro lado, opresión y exclusión. Entonces, a través del empoderamiento de la tecnología es una forma de cambio y de lucha extremadamente importante.

Gracias, Massimo. Nosotros estamos empecinados en defender y construir la soberanía alimentaria en el Ecuador, entonces, los elementos que tú planteas aquí nos sirven para analizarlos y para también incluirlos en el trabajo que estamos haciendo. Gracias por esta oportunidad, Massimo.

Gracias, Ana Lucía, a la Universidad Andina por la oportunidad de esta conversación que es importante mantener, porque en todo el mundo estamos enfrenando luchas muy símiles, claramente específicas, porque sabemos la agroecología no es generalista; es específica, reconoce la especificidad, pero hay muchas cosas que son comunes.