Michel Leví, coordinador del Centro Andino de Estudios Internacionales, analiza la política exterior del actual presidente de Estados Unidos, y su relación con China. En esta entrevista, para Dialoguemos, muestra las implicaciones de Estados Unidos en el contexto global, como un Estado debilitado.

Parte de la relación conflictiva que estableció Donald Trump con China, no solo en el ámbito económico, sino también en el diálogo. La afectación se explica porque “el diálogo político como una estructura o mecanismo que permite a los Estados mantener las relaciones en función de intereses comunes”.

No obstante, señala Leví, el nuevo presidente Biden “no se desenmarca de la política con China del todo”. Blinken, secretario de Estado “mantiene una política en torno a decisiones tomadas por el presidente Trump. Por otro lado, si bien se mandan señales de mejora del diálogo con China, sin embargo todavía este diálogo está sujeto a que China también como país independiente y soberano decida si le interesa mantener una relación al mismo nivel con Estados Unidos, como antes”.

Un elemento a tomar en cuenta, dice Leví, es que China es una potencia global y tiene ahora más poder. Esto cambia -añade- el “balance de la estructura internacional, porque China ahora tiene más poder. China incluso tiene un poder militar que podría confrontar a los Estados Unidos en condiciones muy equitativas”.

También señala que “Estados Unidos, por otra parte, baja, desciende su categoría de líder global justamente porque sus señales de política exteriores han sido bastante determinadas en función de intereses diversos de desmarcar a los Estados Unidos de esa lógica”.

En este escenario, explica, se ha generado una suerte de guerra comercial con China. “Lo que habría que buscar es que ya no sea una guerra, un conflicto, sino que se maneje como una política estratégica de comercio de los Estados Unidos frente a los países de Asia: Vietnam, Indonesia, Taiwán. Debería haber una política comercial y ya no una guerra comercial”.

¿Cómo y en qué medida puede afectar esto a América Latina? El perjuicio para la región se evidencia cuando “las inversiones de actores importantes de China, de Estados Unidos, no vengan a América Latina. A nosotros lo que nos interesa es nosotros tener la capacidad de producir desde aquí”.

Leví pone como ejemplo a México, como puerta de entrada a Estados Unidos, y donde se establecen inversionistas “para determinar unas capacidades de producción que le permiten llegar a México, Estados Unidos, Canadá. También hacia América Central y ahora, vía Alianza del Pacífico, puede ir a la costa del Pacífico de América del Sur, donde nosotros también estamos”.

STR