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Álvaro Salgado es experto en Desarrollo Rural Sustentable y Agroecología y miembro del Centro Nacional de Ayuda a las Misiones Indígenas (CENAMI) de México.
Para este agrónomo mexicano, después de 45 años o 60 años de Revolución Verde, los pueblos siguen teniendo sus semillas. Una actividad que se ha convertido en un acto de rebeldía frente al poder de las transnacionales. Es lo que Salgado ha llamado “la civilización del maíz”.
Juan Gaibor(1): ¿Qué representa el maíz?
Álvaro Salgado: El maíz mas allá de ser el cultivo principal es un grano que forma parte de la dieta esencial de la nación, representa un proceso civilizatorio vigente que se le ha llamado la civilización del maíz o la civilización mesoamericana. Es decir pueblos indígenas originarios, que en lugar de disminuir, están presentes en amplias extensiones del territorio nacional; son territorios o bienes comunales o ejidales, reconocidos como una propiedad social que ocupan más del 40% del territorio nacional. Esos asentamientos tienen una forma de estar semejante al Buen Vivir de Ecuador, con una forma de autonomía, libre determinación no reconocida por la sociedad nacional pero que representa una forma de ser. La civilización del maíz representa eso. No es solamente un grano, una cocina, un alimento, una cosa vernácula, no es folclore, sino que representa todo un bagaje cultural. Es un complejo cultural que está presente no solamente en las cosas que resuelven la vida, las necesidades de alimentación, de economía, de trabajo comunal sino que da sentidos comunitarios de vida, alegría, fiesta, el poder, la solidaridad, el sentido trascendental de la comunidad, y representa una relación íntima con lo que se llama a nivel internacional naturaleza, es decir con el territorio, con la madre tierra, con el equilibrio entre la jícara azul, la jícara verde, es decir, es una armonía.
1 Estudiante del Doctorado en Salud Colectiva, Ambiente y Sociedad. Universidad Andina Simón Bolívar.
