La inseguridad alimentaria en México está en el nivel más grave de toda su historia
Por Nylva Hiruelas
En pocas semanas, el Gobierno priísta de Enrique Peña Nieto decidirá si siembra maíz transgénico a escala comercial en México. De aprobarse, las multinacionales Monsanto y Pioneer Hi-Bred plantarían 2,4 millones de hectáreas con esta semilla modificada genéticamente, de las cuales más de la mitad corresponderían a la polémica variedad de maíz MON 603 por sus posibles consecuencias a largo plazo sobre la salud. La aprobación de esta medida supondría la culminación de un proceso que se inició en 2009, año en que se puso fin a la moratoria de transgénicos, y se aprobaron siembras experimentales.
Ante la posibilidad de una aprobación inminente, la Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) ha lanzado un llamamiento a la acción, bajo el cual científicos de todo el mundo exigen al Gobierno que no apruebe la siembra comercial de maíz transgénico, así como la revocación de todos los permisos a campo abierto de esta semilla manipulada genéticamente, aprobados a escala “experimental”.
Le invitamos a leer la entrevista con Alejandro Espinosa Calderón, coordinador del programa de Agricultura y Alimentación de la UCCS e investigador de Producción y Tecnología de Semillas en el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) para analizar el impacto del maíz transgénico en México.