¿Está el Ecuador preparado para la blockchain y la web 3.0? ¿qué esperamos? - Observatorio Ciberderechos y Tecnosociedad

¿Está el Ecuador preparado para la blockchain y la web 3.0? ¿qué esperamos?

13 de septiembre, 2021

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Autor: Luis Enríquez (Coordinador del observatorio de ciberderechos y tecnosociedad de la UASB)

 

Antecedentes

La blockchain puede definirse como una base de datos descentralizada, cuyas transacciones se efectuan sin la necesidad de una entidad central de control, y se guardan en una cadena de bloques con entorno de criptografía asimétrica. Si bien, la concepción de la blockchain nace en el año 1991 (Haber, Stornetta), es gracias al surgimiento de la criptomoneda BitCoin en el año 2008, cuando se muestra al mundo de manera práctica. El BitCoin fue el primer prototipo de criptomoneda de naturaleza deflacionaria y de edición limitada (21 millones en total), que opera bajo al algoritmo de consenso Proof of Work (PoW), el cual permite realizar las transacciones a través de computadores “mineros”, los cuales proveen a la red el poder para este procesamiento descentralizado, a cambio de una recompensa en BitCoin.

Las características del BitCoin lo convierten en un activo de reserva de valor, de comportamiento similar al oro. Sin embargo, a pesar la legalización del BitCoin como moneda oficial en la países como El Salvador y Ucrania, este no es el criptomedio idóneo para todas la necesidades, como comprar el pan o poner gasolina, por cuanto sus transacciones duran 10 minutos como mínimo. En contrario, en el año 2015 entra en aplicación la red “ethereum”, con su criptomoneda “ether”, y la promesa de una nueva web, en donde las transacciones de bienes y servicios pueden ser realizadas de manera descentralizada y con una mejor escalabilidad. A este nuevo Internet se lo ha denominado como “Internet del valor”. A partir de ethereum, han emergido otras redes de excelente escalabilidad, e incluso más ecológicas (con algoritmo de consenso Proof of Stake PoS), y diseñadas para tener sus propios mercados. Ejemplos de estas son: Cardano con su criptomoneda ADA, Polkadot (dot), o Solana (sol).

Las empresas descentralizadas de la web 3.0 tienen características propias. Para participar de estos emergentes criptomercados basta con conectar su billetera digital a las plataformas web, y con ello, poder comprar con criptomonedas cientos de activos financieros, obras de arte digital (NFT), insumos de video juegos… en fin, bienes y servicios. Para solucionar el problema de la volatibilidad de las criptomonedas, existen las llamadas “stable coins” (como "Dai" o "Tether USD"), las cuales mantienen un precio equivalente al dólar americano. Por otro lado, los Gobiernos también ya están creando sus propias criptomonedas emitidas por bancos centrales (CBDC), como es el caso de la República China, con su cripto yuan (e-CNY), que ya está en los mercados de inversión y competirá con criptomonedas bien establecidas como BitCoin, Ether o BNB.

Tokenización de la economía

Sin embargo, lo que mucho no logran ver es que más allá de las criptomonedas, son las redes detrás de ellas, las que se convertirán en el nuevo motor de la economía digital mundial. Plataformas como Ethereum o Cardano permiten utilizar su red para, a través de contratos inteligentes, crear una nueva dimensión de activos de valor conocidos como “tokens”. La tokenización de activos es una revolución que trae enormes beneficios no sólo para el sector financiero, sino para el sector artístico, el sector de los videojuegos, el sector inmobiliario, y hasta los mercados de materias primas. Es posible tokenizar la producción de café, la producción de vehículos, bienes inmuebles, bienes muebles, monumentos históricos sociedades mercantiles, o incluso, sociedades sin fines de lucro.

En este nuevo ecosistema, los proyectos de finanzas descentralizadas (DeFi), van desplazando a las actividades financieras traidicionales. De igual manera, las Organizaciones Autónomas Descentralizadas (DAO), se presentan como el futuro corporativo, en el cual la gobernanza de una organización no requiere de estatutos, sino de contratos inteligentes que determinan su accionar, repartiendo tokens a sus miembros para la toma de decisiones. Para muchos esta nueva revolución equivale al surgimiento del comercio electrónico a comienzos de los años 90. Gran parte de las principales economías del mundo ya han adoptado sus propias estrategias. Países como Alemania, Francia o Japón ya han regulado los criptoactivos y los han incluido en sus políticas fiscales. Otros países como la China o BanglaDesh ya han creado sus propias criptomonedas de Gobierno. Otros países como El Salvador y Ucrania las han adoptado como dinero oficial. Otros países como Bulgaria, las utilizan como reservas de valor. Otros países y regiones han mirado incluso más allá, como es el caso de Estonia con sus planes de residencia digital para inversores, o el Estado de Wyoming en Estados Unidos, en donde las Organizaciones Autónomas Descentralizadas (DAO), cuentan con reconocimiento legal como sociedades de responsabilidad limitada (LLC). Esto sin duda, atrae a la cripto-inversión.

¿Y el Ecuador...?

En el Ecuador han surgido interesantes startups con proyectos de tokenización de la economía, con propuestas muy interesantes y cuyos tokens ya están disponibles en las plataformas descentralizadas de intercambio (Decentralized exchanges) como Uniswap y Pancakeswap. Por citar un ejemplo ecuatoriano, el "dow7coin", es un token que busca una democratización de la riqueza a través del financiamiento a proyectos comunitarios, disponible en https://dow7coin.com

Ante este inminente avance de las comunidades y los empresarios ecuatorianos en el ámbito transnacional, es importante preguntarse cual será el rol del Ecuador en esta web 3.0. Si bien, en el Ecuador no es ilegal la compra-venta de criptoactivos, es importante considerar que podríamos ser protagonistas en esta cuarta revolución industrial, siempre y cuando trabajemos en un marco legal atractivo y desarrollamos políticas públicas de apoyo al cripto-emprendedor. El proyecto de LEY FINTECH ecuatoriana presentado el 11/08/2021, parece ser un excelente avance en la materia, pues reforma otras leyes que han sido obstáculos para el emprendimiento financiero, y además, aporta con cierto marco regulatorio a las criptomonedas y la blockchain. Sin embargo, es cuestionable el poder que tendrá la superintendencia de bancos para calificar a las empresas que traigan innovación a la industria financiera.

Este proyecto podría ser una oportunidad que permita mirar más allá del presente financiero, pues podría generar una tendencia a actualizar elementos clave del sistema jurídico del Ecuador, proyectando un futuro que transforme: 1) la gobernanza en el mundo corporativo creando un marco regulatorio amigable para las Organizaciones Autónomas Descentralizadas (DAO), 2) que mejore la gestión de datos manejados por el sector público, a través de un sistema transparente y seguro en la blockchain, 3) que se agiliten los procesos jurídicos, tokenizando contratos, títulos y sentencias, etc.

Este observatorio invita al debate a todos los sectores involucrados, con el fin de atraer inversión, pero a la vez, promover que ésta, contribuya a una real democratización de la riqueza. La tokenización de la economía está para quedarse y la blockchain será la infraestructura base del futuro comercio de bienes y servicios. ¿Nos quedaremos observando el desfile una vez más?