La mutación del lenguaje - Observatorio Ciberderechos y Tecnosociedad

La mutación del lenguaje

15 de junio, 2021

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Autora: Saudia Levoyer

Resulta apasionante ver cómo las formas de codificación de los mensajes que se intercambian entre las diferentes redes sociales varían conforme la tecnología da mayores posibilidades o herramientas, que pone a la gente a explorar, descifrar y finalmente entenderse en ese espacio en el cual pasamos mucho de nuestro tiempo.

Si hacemos un recorrido de los últimos 7 años (pensemos del 2012 a la fecha), vemos como pasamos de escribir oraciones son sentido y una puntuación aceptable (con comas, puntos aparte o seguidos), a los gifs, emoticones, stickers, corazones, stop motion, memes… sin hablar de la codificación del lenguaje que utilizan los video jugadores, los hackers, los geeks...

En el 2012, por ejemplo, el uso del BB (o Black Berry) y su sistema de mensajería instantánea nos tenía maravillados, porque podíamos hablar con la otra persona, aunque estemos en una reunión de trabajo, un almuerzo, una conferencia, en una clase, a solas o en grupo. El uso del teclado qwerty facilitaba la digitación para quienes veníamos de una tradición del computador o las máquinas de escribir.

La instantaneidad hizo que poco a poco, de las palabras surgiera una suerte de taquigrafía (recuerdan esa serie de símbolos que solo entendían las secretarías o los asistentes legales) muy personal o compartida por ciertos grupos. Abreviaturas como tb (que significa también) o casi la eliminación de vocales en algunas palabras o escritura parcial de palabras, al principio nos era lejana. Luego, sin darnos cuenta, comenzamos a entender lo que la otra persona quería decir.

Luego vinieron los teclados digitales, que agravaron para algunas personas la digitación y eso llevó a que, pese a que estaban mal tipeadas y pese a la ayuda de los correctores automáticos, las palabras también se las entiendan, pero lo más interesante es que tomaron fuerza los emoticons. Las caritas felices, irritadas o tristes fueron las primeras en usarse para reemplazar las palabras.

Tanto éxito tuvo que cuando se amplió la gama de imágenes, se podía mandar una sola y el receptor del mensaje lo entendía. Y este mismo fenómeno se ha dado con los gifs, los memes, los stop motion…

En suma, por la práctica se está desarrollando un sistema de codificación que, si bien afecta a la escritura tradicional, también comunica y dice mucho. Y los más jóvenes, como siempre, llevan la delantera en el uso de estos recursos.

Si eso es bueno para el lenguaje o no, el ese debate para los expertos en el tema. Yo, como amante de la comunicación, simplemente observo cómo desarrollamos y damos significados a las distintas maneras de decir las cosas, a través de los dispositivos electrónicos.

Quizá lo que más me abruma, en términos personales, es que va demasiado rápido este sistema de codificación y que, de no tratar de entenderlo, nos vamos aislando y cerrando los grupos con los que intercambiamos tiempo y mensajes.