El uso de datos de teléfonos móviles en la lucha contra la pandemia - Observatorio Ciberderechos y Tecnosociedad

El uso de datos de teléfonos móviles en la lucha contra la pandemia

15 de junio, 2021

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Autores: Marcel Moritz, Audrey Desquenes

El 24 de marzo, se creó el Comité de Investigación, Análisis y Experticia (CARE), cuya misión es informar a las autoridades públicas sobre el seguimiento que se dará a las propuestas innovadoras, particularmente en lo que respecta a la conveniencia de implementar una estrategia digital para identificar personas que han estado en contacto con personas infectadas. Si bien el gobierno francés anunció, el 8 de abril, el inicio de la aplicación "StopCovid", los problemas legales que plantea dicha tecnología son numerosos.

Estrategias implementadas en todo el mundo

Es en Asia, la cuna de la epidemia, es donde se encuentran los países más adelantados a estas preguntas. Algunos estados habían sido afectados por el SARS-CoV-1 en 2003 y el MERS-CoV diez años después. En Corea del Sur, estos episodios marcaron a la población; Desde entonces, la ley ha autorizado la recopilación de datos de geolocalización de teléfonos móviles y tarjetas bancarias, así como el uso del reconocimiento facial para rastrear los movimientos de las personas infectadas. Sus datos se ponen a disposición de los ciudadanos a través de una aplicación que los identifica con un punto de color diferente según el tiempo transcurrido desde su evaluación positiva. Si no se somete a este seguimiento para una persona positiva se castiga con dos años de prisión, y romper el confinamiento se castiga con una multa de 2.300 €. Taiwán ha adoptado una estrategia de seguimiento similar, rastreando los movimientos de las personas que regresan de un área contaminada y aplicando un estricto y vigilado confinamiento.

En China, en Wuhan, salir del hogar está condicionado por la instalación de una aplicación que recupera, además de la geolocalización, la dirección postal, el teléfono y los números de identificación del usuario. La aplicación genera un código QR, cuyo color varía según el supuesto estado de salud del usuario, sus movimientos y las personas que ha encontrado. Este color condiciona el acceso al transporte y las tiendas, y puede conducir al aislamiento en una estructura designada.

En Rusia, se organizó el rastreo por parte de los operadores telefónicos de las personas que regresan del extranjero, para verificar que respetan su confinamiento.

Israel confía esta parte de la lucha contra la epidemia a los funcionarios de seguridad interna, a fin de utilizar los medios de lucha contra el terrorismo ya existentes para seguir los movimientos de los portadores del virus e identificar a las personas con quienes han estado en contacto. Los datos de circulación de pacientes son públicos y es posible que todos crucen sus propios viajes con ellos.

Finalmente, en la Unión Europea, en Polonia, las personas que regresan del extranjero tuvieron que instalar una aplicación que las geolocaliza y puede pedirles una selfie, que se enviará en 20 minutos, para confirmar que están respetando las instrucciones. En caso de retraso o rechazo de esta solución digital, la policía viene a llevar a cabo los controles. Mientras tanto, Italia planea inspirarse en Corea del Sur para rastrear los movimientos de los diagnosticados positivos.

Todos estos ejemplos están teñidos de autoritarismo e invasiones de la privacidad. Sin embargo, existe un contraejemplo: el de Singapur, donde las autoridades han optado por el software de código abierto, utilizado de forma voluntaria, que se señala que procesará un mínimo de datos personales y anonimizará los identificadores de los usuarios. Basado en Bluetooth, le permite crear una lista de personas que han estado cerca de la primera. Si se descubre que esta persona es positiva para el virus, las autoridades contactarán a la lista para que las personas puedan aislarse y hacerse la prueba. Actualmente, este mismo tipo de aplicación es objeto de investigación en la Universidad de Oxford y el Pan-European-Privacy, una organización sin fines de lucro compuesta por 130 miembros europeos (universidades, institutos de investigación y empresas) colaborando para proponer y mejorar soluciones que utilizan la detección de proximidad sin renunciar a la privacidad.

¿Qué estrategias digitales se utilizanen Francia?

Los operadores telefónicos son los primeros en ser contactados: tienen acceso, gracias a nuestros teléfonos móviles, a nuestros datos de geolocalización. Independientemente de un servicio de detección de posición activado en un teléfono inteligente, el simple hecho de solicitar la red telefónica a través de una antena de retransmisión permite dar la posición aproximada del teléfono. Se pueden prever varios usos de los datos así recuperados: medir el cumplimiento de las medidas de contención, identificar reuniones no autorizadas de varias personas o monitorear los movimientos de la población.

Se dice que los datos de los operadores telefónicos están "anonimizados" y "agregados": por lo tanto, el resultado obtenido no es una ubicación o viajes individuales, sino estadísticas de toda la población. Sin embargo, debemos ser cautelosos en esta área frente al término "anonimización". Con respecto a la geolocalización, se ha demostrado que las rutas individuales se pueden volver a identificar al conocer solo cuatro puntos de geolocalización aproximados con la marca de tiempo de una persona.

El segundo tipo de uso de datos es más individualizado: sin ir tan lejos como para mostrar personas potencialmente contagiosas en un mapa, las aplicaciones móviles ofrecen a los usuarios recopilar sus posiciones e informarles si han estado en contacto con personas portadoras que en los 14 días anteriores haya declarado tener Covid-19. El objetivo es que las personas que saben que son potencialmente portadoras puedan fortalecer las medidas de precaución que emplean y mapear la propagación. Desde el punto de vista de la protección personal, no se ha demostrado la efectividad de este tipo de rastreo GPS.

La geolocalización tiene sus límites: ¿cómo saber si dos personas que se están siguiendo están dentro del mismo autobús o en las cabinas separadas de dos autos? Los lugares donde las personas corren mayor riesgo de tener contactos cercanos y tocar los mismos objetos también son aquellos donde la geolocalización no permite ser precisos, tales como supermercados o transporte público,. La segunda función de estas aplicaciones parece más realista, es decir, mapear la propagación del virus a posteriori siguiendo a las personas en contacto que resultan ser positivas,.

El centro IA France imagina una solución codificada por colores, que recuerda a la de China: el teléfono del usuario le asigna un código de color diferente de acuerdo con los lugares que ha visitado, y que pueden representar áreas de riesgo. Para esta aplicación, una "zona de riesgo" se caracterizaría por una predicción basada en los medicamentos vendidos en farmacias de la zona, como antipiréticos y supresores de la tos, que corresponden al tratamiento de los síntomas de Covid-19.

A estas estrategias se agrega la posible explotación de los datos de las empress GAFAM, por ejemplo, Google ha difundido datos en este sentido. Otra alternativa es la tecnología Bluetooth en el modelo de Singapur, que es el corazón del proyecto francés.