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Consejos de Escritura


Sin miedo al gerundio

En esta entrada explicamos algunas de las interpretaciones, y usos posibles e incorrectos del gerundio.


Aunque es una forma no personal del verbo tan legítima como el participio, el gerundio es objeto de prejuicio generalizado. Los primeros resultados de una búsqueda en internet revelan que predominan las explicaciones sobre cómo no usarlo antes que las descripciones de su empleo real. En casos extremos se lo prohíbe del todo: una columnista del diario argentino La Nación relata la anécdota de un periodista que, en su convicción de evitar los gerundios, obviaba toda palabra terminada en -endo y -ando, incluso cuando.

En esta entrada explicamos algunas de las interpretaciones y usos posibles del gerundio. Además, nos centramos en dos de los usos que normalmente se condenan de manera categórica: el gerundio de posterioridad y el adjetival. Incluso estas formas son permitidas por la Real Academia Española (RAE) en ciertos contextos.

Temporalidad: Usos correctos

La acción del gerundio generalmente se interpreta como simultánea o inmediatamente anterior a la acción expresada por el verbo principal:

  • Llegué jadeando porque había corrido.
  • Golpeándose en un poste, se cayó.

El gerundio compuesto —formado con el verbo haber— indica anterioridad, sea inmediata o no:

  • Habiendo comido hace media hora, no teníamos apetito al llegar a casa

Gerundio de posterioridad

No se considera normativamente correcto el uso del gerundio de posterioridad cuando introduce una sucesión temporal, como en este caso:

  • *Estudió en Santiago, yendo después a Bogotá.  

Se podría corregir reemplazando el gerundio yendo por y fue. La norma también establece que este uso resulta “más aceptable” en estos dos casos:

  1. Cuando expresa posterioridad inmediata: Chocó contra la pared, muriendo al instante.
  2. Cuando se puede inferir una relación causal, concesiva o consecutiva: La víctima fue agredida en su casa, muriendo horas después en el hospital [la muerte es una consecuencia de la agresión en el hogar].

En caso de que resultase difícil determinar si existe una relación de simultaneidad o posterioridad, la RAE recomienda evitar el uso del gerundio.

Gerundio modal

Además de la temporal, el gerundio también puede expresar diferentes relaciones:

  • Modo o manera: Estudió repasando los apuntes de las clases.
  • Causa: Habiendo tomado bastantes líquidos, tenía ganas de ir al baño.
  • Condición: Yendo con ella te sentirás seguro.
  • Concesión: Aun siendo tan joven, tiene muchas enfermedades.

      También es común el uso del gerundio para unir dos ideas, como en este ejemplo:

  • Finalmente, explico el debate sobre la escritura académica, centrándome en dos enfoques teóricos.

Muchas veces estas interpretaciones confluyen. Así, el caso anterior podría considerarse un ejemplo de gerundio ilativo (y me centro en) y de modo (centrarse en dos enfoques teóricos es una forma de explicar el debate). Todos estos usos se consideran válidos.

Gerundio adjetival

En general, no se considera adecuado el uso del gerundio cuando restringe el significado de un sustantivo (como en el caso de gatos negros). Esto sucede en este ejemplo:

  • *Publicó un libro conteniendo [en vez de “que contiene”] varias erratas.

Se admiten ciertas excepciones para este tipo de usos, como en los casos de sustantivos:

  • De representación: Me tomé una foto posando en el parque.
  • De sonido: Disfruto del rumor de las hojas rozándose con las ramas de los árboles.
  • De información y comunicación (aunque estos casos los considera “menos elegantes”): La carta del náufrago pidiendo auxilio nunca llegó a su destino.

También se exceptúan los gerundios hirviendo y ardiendo: Me quemé con agua hirviendo.


[1] Lucila Castro, “Un menú con letra y música”, La Nación, el 31 de octubre de 2005, párr. 10, https://www.lanacion.com.ar/752156-un-menu-con-letra-y-musica.